domingo, 17 de enero de 2010

Día 10126

Finalmente logramos aventurarnos por todas las zonas más importantes de Chiapas, y nos sirvió un poco del ejercicio que hicimos para bajar todas esas comidas que nos habíamos dado el honor de disfrutar durante los días pasados.

El cañón del Sumidero es en verdad impresionante nada le tiene que deber al Gran Cañón de Arizona, porque en este se encuentra la falla geológica más bella con un rio que cruza todo el cañón y cascadas impresionantes que hacen del lugar algo maravilloso. Nos embarcamos por Chiapas de Corzo donde una lancha nos dio un recorrido por la mayor parte del rio, es en verdad majestuoso esa escena, hace sentir a uno insignificante ante la belleza de todo el mundo, tu no parabas de tomar tus fotos como siempre y ese lugar me dio una idea para mi libro, aquí es donde uno de los personajes principales haría la alta traición a sus compañeros y donde decidiría el destino de todo México, este lugar era el más adecuado para eso. Después llegamos a donde estaban rentando kayaks e inmediatamente los dos tuvimos la misma idea de ir por el rio con el kayak, y en verdad que fue grandioso porque así pudimos llegar a la cascada del árbol de Navidad, y te decía que más tarde tal vez podríamos subir para que tomaras una foto desde lo más alto del lugar.

El día que visitamos Bonampak se me había olvidado la belleza de este lugar y redescubrirlo fue toda una aventura, se veía que los mayas de este lugar tenían un gran respeto por la naturaleza y se veía su adoración hacia los jaguares, al tener dentro de su ejército a los guerreros jaguares, hombres que vestían con pieles de jaguares y escudos con los dientes de estos animales. Pero creo que lo que más nos sorprendió fue el templo de las Pinturas donde los dibujos realizados por estos mayas aún se conservaban en óptimas condiciones y los colores que utilizaban aún seguían tan frescos como en su época, eso fue una inspiración para ti ya que en si el ramo que a ti te fascina es la pintura y la fotografía, querías poder captar un poco la esencia de ese lugar, disparando desde el obturador de tu cámara en diferentes ángulos, creo que lo más asombroso fue cuando estábamos saliendo podíamos vislumbrar un jaguar en la orilla de las ruinas, como si quisiera ser captado por la cámara, no se acercaba a donde estaban todos los turistas, y tampoco se veía sus intenciones de atacar, y justamente pudiste tomar una foto espectacular en la que su piel y su pelaje era tocado por los rayos de sol que si filtraban por los arboles haciéndolo parecer un dios, ahora yo entendía porque para los antiguos mayas semejante animal los haría respetarlos.

Pero creo que el mejor día para ti fue cuando visitamos las cascadas de agua azul, una de las zonas en que los fotógrafos encuentran su mejor fuente de inspiración ya que en verdad la belleza del lugar deja con la boca abierta a cualquiera que se atreva a atravesar el bosque, para finalmente encontrar una serie de cascadas escalonadas, las cuales tienen un efecto relajante cuando escuchas como el agua va descendiendo.

Simplemente por un momento no pudiste dejar de mirar esas cascadas en ningún otro lugar del mundo se encuentra una formación tan bella, y simplemente no te pudiste mantener de pie dejándote caer sobre la tierra recargando tu cuerpo junto a un árbol mientras veíamos el movimiento del agua constante ese color azul fuerte, nos decían que era por los sedimentos del suelo que se veía ese color. Obviamente para no contaminar las cascadas no dejan que las personas entren, ya que podrían causar un desequilibrio a la naturaleza, pero tu parecías tan perdida, como si tu mente ya estuviera dentro de esas cascadas, te dije que te quitaras tus zapatos y que fueras lo más que pudieras al borde de la cascada donde estaba más hundido para que te pudiera tomar una foto, lo hicimos rápido para que nadie nos viera, y finalmente cuando tomaste pose, te tome la foto lo mejor que pude, y me decías que el agua estaba agradable y había refrescado tus pies, volvía a haber muchas personas por lo que decidimos seguir. Y escuchamos como estaban ofreciendo un tour aéreo de 10 minutos sobre esta zona, no pudimos desaprovechar la oportunidad y tomamos este pequeño helicóptero que nos sobrevoló por todas las cascadas y el rio Tulija quedaste sorprendida de cómo se veía todo desde arriba y el piloto teniendo un poco de experiencia con fotógrafos que tomaban las fotos se puso en una posición donde pudiste tomar todas las cascadas con el sol de fondo como si el sol saliera de esas cascadas, fue bella esa foto.

Como olvidar también la visita a las Guacamayas, una reserva protegida parte de la selva negra lacandona chiapaneca, que lugar tan bello, con cientos de especies protegidas, el camino es de más de 20 km pero la vista que se tiene ahí es asombroso, recuerdo que en un momento del camino cuando el bosque se volvió más frondoso y no se escuchaba más que las aves entonando sus cantos, algunos monos como el mono araña que se acercaban y el rugido del jaguar del fondo, por unos minutos te dije que cerraras tus ojos y te dejaras llevar por todos esos ruidos y los dejara ser parte de ti, ahí los dos cerramos los ojos y solamente nos agarramos de la mano mientras yo sentía como todos esos ruidos que se escuchaban se adentraban dentro de mí y ahí volvía a tener otras de mis vidas pasadas, al parecer no solamente nos aferramos al viejo continente, fuimos parte de la cultura maya, y aunque estas vidas fueron muy breves, entendía ahora por que este lugar significo tanto para mí, y cuando tú también abrías los ojos, me decías que eso había sido una experiencia fuera de este mundo, y finalmente lo decidimos aunque no hayas visto otras ciudades de todo México, Chiapas seria nuestro lugar, y nos prometíamos que algún día tendríamos que volver aquí.

El día que fuimos a San Cristóbal de las Casas, te contaba del desastre que había causado el levantamiento armado hacía ya casi 20 años. Y lo recuerdo perfecto porque en ese entonces mi papa y todos los militares tuvieron que cambiar su uniforme, antes solían usar todos los símbolos en un dorado, pero cuando surgió este movimiento armado lo tuvieron que cambiar a un negro porque decían que para los francotiradores tener el dorado era un blanco perfecto desde cientos de metros. Ahora volvía la paz ya que los indígenas de estas zonas habían logrado obtener sus derechos y ser tratados como todos los mexicanos con los mismos derechos y servicios que recibía la mayoría de la población, y así tenía que ser un estado tan lleno de riquezas y que su gente viviera en la pobreza no podía ser aceptado. Cuando llegamos algunos niños originarios de la zona nos recibieron con sonrisas y tratando de vendernos artesanías de la zona, y creo que se fijaron sobre todo en ti, porque no parecías mexicana, y ellos sabían que a los turistas extranjeros siempre los podrían embaucar más rápido, pero creo que jamás te gusto eso que te vieran como una extranjera, porque pensabas que no tenías nacionalidad, aunque tu piel te delataba en lugares como estos, en los que tal vez tu nombre también lo hubiera hecho, pero tu forma de hablar te hacía sentir una más del lugar, y es que rápidamente habías captado la forma de hablar del mexicano, y aunque viviste en España ese acento lo habías olvidado y habías adaptado uno nuevo.

Nos invitaron a comer a la casa de un lugareño donde aunque la comida fue sencilla, fue deliciosa quesadillas de queso y de flor de calabaza con un poco de agua fue incluso digno de compararse con los manjares que podría haber comido algún rey del pasado. Y después de la comida viste una escena que te fascino un montón de niños jugando con nada más que su imaginación y lograste captar su esencia la esencia que olvidamos cuando crecemos, que podemos ser felices con prácticamente nada más que con nuestra imaginación, esos niños sonriendo nos recordaron eso.

Sabías que el siguiente estado seria Oaxaca y que ahí se encontraba mi papa, pero que yo no quería ir a visitarlo después de tantos años, sentía que no tiene lugar de invadir, pero me pedias que fuéramos y después de tanto insistir accedí a que fuéramos, de todos modos estaríamos en el estado y tenías razón tal vez mi papa se alegraría en verme después de tantos años. Subimos nuestras cosas al Falcón dejando atrás ese clima húmedo y caliente y esas selvas hermosas que tiene.

O.M.A

Día 10120

Por fin llegamos a Tuxtla Gutiérrez, el camino fue más largo del que había esperado y esa pérdida que me tomo tomar el antiguo camino no fue conveniente tampoco. Pero ahora nos tocó un amanecer hermoso digno de las fotos que tu estas haciendo como tocaba la catedral de San Marcos y como la luz iba bajando de la ciudad con cierta cantidad de nubes, dirás que esa foto es parecida a cientos de otras fotos de la misma escena, pero aún no lo entiendes es única porque solamente tú la pudiste tomar así, aunque tenga las mismas dimensiones, los mismos edificios de fondo, solamente para ti puede significar algo.

La torre Chiapas era ahora el edificio más grande en todo Chiapas y donde tenía un restaurante en el último piso, tal y como era en el WTC del D.F. por lo que la vista seria increíble sobre todo ver todo Tuxtla Gutiérrez y ver el cañón del sumidero, teníamos que ir ahí, pero ahora debíamos de desayunar algo. Solamente tenía un año de estrenada la Torre y debo decir que la torre quedo espectacular. Mientras íbamos subiendo en el elevador panorámico íbamos viendo todo Tuxtla, y al final del último piso veíamos a su esplendor el cañón del Sumidero, tendríamos varias de esas experiencias de belleza de lugares aquí en Chiapas. Nos trajeron unos típicos tamales chiapanecos aunque muy parecidos a los tamales oaxaqueños tienen un sabor distintivo de la región. No habías probado el agua de tamarindo y fue una buena oportunidad para que la probaras, me decías que jamás te habían gustado las aguas de sabores, pero que esa agua sabia tan rica que pedias un segundo vaso. Nos quedamos un rato platicando viendo la vista, yo agarrando tus manos, ya las conozco tan bien, ya también conozco muy bien sus caricias tanto tiempo que nos llevó estar juntos al final valió la pena, al final valió la pena tomar el riesgo, porque la vida sin riesgos no vale la pena, aún recuerdo como llegue a tu departamento a Moscú, sin saber que esperar, hijos, esposo, tal vez ya ni estarías ahí, pero me arriesgue y valió la pena, y ahora tu tomaste el riesgo y estas aquí, el pasado es simplemente eso, pasado…

Esa misma noche tuve un sueño volvía a estar en ese apartamento en Moscú frente a esa gran puerta azul esperando que me abrieras, los nervios me volvían a comer, pero esta vez todo fue diferente no había sorpresa en tus ojos solamente un abrazo cariñoso como si esos abrazos me los hubieras dado desde siempre y solamente fue el rencuentro de una despedida breve, y lo entendía poco a poco. En ese sueño cuando me metía a tu apartamento no era el mismo de Moscú era diferente, las fotos también eran diferentes, no eras tú sola éramos los dos juntos en diferentes lugares, y fue cuando me vi en el espejo que me vi más joven, y ahora que te veía en el sueño tú también eras más joven, te preguntaba cuántos años tenías y me contestabas con un inocente ay tontito pues cuantos vas a tener 25, y fue cuando entendí en este sueño no nos había tomado tanto tiempo encontrarnos, y habíamos formado una vida juntos, y finalmente desperté desorientado en la noche…

Lo entendí habíamos desperdiciado 3 años con todas nuestras tonterías, si nos hubiéramos encontrado antes seguramente hubiéramos hecho tantas cosas juntos, seguramente hubiéramos entendido esto que estamos entendiendo ahora, eso es lo único que lamento 3 años a tu lado en los cuales te hubiera podido descubrir más, pero ahora estas aquí, dormida en la cama y eres real, tan real como siempre me lo imagine.

Mañana haremos un poco de deportes extremos en el cañón del sumidero y recorreremos parte de la selva negra de Chiapas, ahora lo único que quiero hacer es abrazarte y escuchar ese suspiro que das cuando te abrazo y sigues dormida.

O.M.A

Día 10119

Pasaron los días rapido recorriendo varios lugares por Tabasco y seguimos avanzando un poco más en nuestra aventura. Fuimos al parque de la Venta donde existen las cabezas olmecas más grandes conservadas, y simplemente te sorprendieron por todos los detalles grabados en la piedra y la forma que le daban para las cabezas como sin duda los rasgos africanos que tienen en los labios estas cabezas, lo cual aún sigue siendo un misterio hoy en día sobre la verdadera procedencia de estos habitantes. La foto que te tomaste al lado de una cabeza donde apenas y le llegabas a los ojos de la cabeza olmeca, aunque todavía hay algunos estados con cultura prehispánica todos los que ya hemos pasado se pueden considerar como los que tienen la mayor cultura bien conservada del país.

También ese día en el que fuimos a la Hacienda de Chocolate donde nos dieron un pequeño recorrido de cómo extraían el cacao y como lo muelen y como le dan su forma final para los chocolates, ahí al final del recorrido nos dieron muestras de chocolate blanco, amargo, negro y aunque nos costó trabajo comernos todos los que pudimos porque simplemente cuando uno prueba el primero y el sabor del chocolate va bajando por la garganta ya tiene uno el otro chocolate en la mano yendo directamente hacia la boca sin poder evitarlo, lo bueno es que pudimos caminar un poco más para poder bajar todas esas calorías que estábamos comiendo.

Y al parecer Tabasco te trajo la inspiración para poder tomar las mejores fotos que habías sacado hasta entonces, porque pasamos todo un día recorriendo todo Villahermosa y no parabas de tomar fotos en prácticamente cada esquina, en cada cúpula de iglesia, en cada persona que pasaba, cada momento parecías querer capturar, como si no quisieras perderlo nunca, como si fuera tuyo el lugar para tomar las fotos necesarias.

Como olvidar también nuestro paseo por la laguna de las ilusiones y como nos contaban la verdadera historia del nombre de la laguna algo que no puedes encontrar tan fácilmente en Wikipedia o por la internet en general, se supone que aquí fue donde dos amantes se prometieron encontrarse noche tras noche y como hicieron sus ilusiones al ir siempre a esta pequeña laguna, cosa muy rara ya que ahora habitan cocodrilos en esta laguna, una cosa que a ti te fascino poder tomar tan de cerca las fotos a los cocodrilos.

Nos despedimos de Tabasco y ahora nos dirigíamos a la tierra del jaguar, y donde la mayoría de ecoturismo le gustaba ir, Chiapas también es muy hermosa y sé que cada ciudad te ha gustado a su manera pero jamás olvidaras Chiapas.

O.M.A

P.D Aun es raro que te sigan gustando los cocodrilos en especial cuando son cocodrilas y no cocodrilos

Día 10114

Llegamos a Villahermosa tenía que ser nuestra parado obligada para descansar y para comer algo que el viaje había sido largo. Parte de esta aventura era conocer lugares nuevos que yo tampoco hubiera visitado antes y por eso terminamos comiendo en el primer restaurante que encontramos, donde te decían que la especialidad de tabasco es preparar platillos con el peje lagarto pero como no te decidías por ninguna de las especialidades ambos ordenamos unas piguas al mojo de ajo; la fortuna de este época es que en cualquier parte del mundo es más fácil que te localicen, y me llegaba un email a mi Smartphone donde mi editorial me pedía que me pusiera en contacto con ellos, presentía como malas noticias que nos tratarían de interrumpir nuestras vacaciones, bueno en realidad mi investigación de campo para mi nuevo libro.

Al llamarlos al parecer estaban muy bien enterados de donde me encontraba y hasta me hizo pensar que tal vez me habían puesto un localizador para saber dónde estaban, pero recordé que ellos estaban pagando el viaje por lo que seguramente dieron con mi paradero y por eso me pedían que participara en una pequeña conferencia que iba a haber en Villahermosa esta noche sobre el mexicano escritor donde irían grandes autores mexicanos, así como nuevos y mi editorial para tener una mayor presencia me dijeron si podía asistir, al ver que no había ningún problema en que le dedicáramos la noche y poder continuar con nuestras vacaciones fui y te dije que tendríamos que hacer una pequeña parada, parecías mas emocionada que yo porque ahora que lo recuerdo jamás me habías escuchado en ninguna de mis platicas que había tenido, tal vez esto te haría sentirte más orgullosa de mi, después de todo aun tenía presente tus palabras que yo era tu más grande inspiración y quería mantenerme a esas grandes expectativas que tenías de mí.

Fuimos al hotel para relajarnos un rato y arreglarnos, por suerte había traído un par de corbatas y un traje para noches como esta donde o cenaríamos en lugares muy lindos, o simplemente para que te deleitaras con mi vista.

Partimos hacia la conferencia y llegamos justo a tiempo cuando veía a algunos miembros de la prensa, a los oyentes habituales que iban a este tipo de conferencias y cuando reconocí a alguno de los otros autores tanto de mi editorial como de otras, nos saludábamos algunos ya estaban casados, otros eran solteros, yo te presentaba ante todos ellos, tú te sentías rodeada de algunas de las más grandes mentes mexicanas, y aunque tú me ponías dentro de estas a veces yo dudaba que mis ideas llegaran a tanto. Finalmente nos dieron un lugar en las primeras filas donde cada escritor tenía como máximo 15 minutos para hablar.

Finalmente me tocaba a mí y aunque durante casi toda la tarde trate de pensar en las palabras adecuadas, o de escribir un pequeño discurso iba sin nada en concreto. Finalmente después de todos los aplausos me sentía otra vez como en la secundaria cuando me tocaba exponer algún tema y aunque lo había preparado nunca me había sentido seguro hablando frente al público, pero te voltee a ver a ti y tenías esta sonrisa que me tranquiliza tanto que las palabras parecían fluir sin ninguna dificultad, decía que estos días había estado visitando diferentes estados de México poniéndome más en contacto con mis raíces mexicanas, y que eso explicaba mi gran bronceado provocando algunas risas entre las personas. Finalmente después de decir todo lo que tenía en mente el público parecía feliz con mis palabras y sentía que todo el auditorio aunque un lugar pequeño sonaba a todo lo que daba, y vi como tú con una mirada me hacías saber que también te había gustado.

Después de salir del Museo de Historia donde fue la conferencia, decidimos ir a caminar un rato visitando la plaza de las Armas donde nos decían que aquí en las mañanas se ponen diferentes comerciantes ofreciendo desde los dulces típicos hasta pinturas y diferentes cosas.

Ya tenía planeado nuestro itinerario donde visitaríamos las diferentes zonas donde existen las cabezas olmecas, la laguna de las ilusiones y por supuesto toda la comida que nos llevaríamos puras delicias en este viaje.

Pero ahora estoy cansado y solo quiero regresar a la cama a abrazarte y esperar hasta ver tu sonrisa para yo poder dormir en paz

O.M.A

Día 10113

Día 10096

Como se está volviendo costumbre no podemos quedarnos quietos en un solo lugar y tenemos que explorar todo lo que ofrece el estado. Esta vez le toco a la ciudad del Carmen o como se le conoce como la joya del pacifico y es que en verdad es una zona privilegiada. Aunque ya tenemos la piel bastante bronceada nunca podemos desaprovechar una oportunidad de hacer unas pequeñas escalas en las playas que ofrece México, y aquí el mar es bastante tranquilo. Lo más delicioso de aquí es que uno puedo comer el pescado en verdad fresco y saber que como lo preparan es altamente delicioso.

Fuimos a la isla del Carmen a través del puente de la Unión lo cual me hace recordar a la carretera que tiene Miami para conectar varias partes de su ciudad en la cual se ve un paisaje con mar en verdad que es bello, finalmente cuando llegamos a la isla en verdad que es un lugar asombroso, no hay nada de hoteles, solamente los locales con sus pequeños negocios y ahí encontramos alguien que vendía el agua de coco, directamente de ellos por lo que te compre uno para que vieras lo que en verdad era comer directamente del coco, mientras yo pedí la carne del coco con chile y limón, ya te estabas acostumbrando a nuestra forma tan acida de comer y en verdad que te gusto tanto que tuve que pedir un segundo vaso con la carne del coco para comer.

Fuimos de visita a la laguna de Términos, ahí pudimos pasear por una pequeña lancha la cual nos llevaba por el recorrido de toda la vegetación que había en esta zona, solamente escuchábamos a las aves llamándose entre ellas, y tuvimos la suerte de ver un par de delfines jugando, parecía fantástico que todavía existieran este tipo de lugares donde el humano no ha intervenido del todo.

También aquí encontramos las fiestas en la calle por la noche, la gente siempre me parecía más relajada en la provincia como si el estrés de las grandes ciudades no afectaran a estos pequeños pueblos, donde todos sonríen, donde todos parecen tan felices, ahora nos tocaba ver la danza típica de Campeche aunque son muy parecida a la de Mérida la música es distinta y también el motivo de la danza. Me puse a pensar que muy pronto también estaríamos en Oaxaca y que ahí estaba mi papa, tal vez él no me quisiera ver, tal vez no sea buena idea ir, pero todavía falta por ir ahí y apenas nos vamos a Tabasco, otra de las regiones más hermosas que he visitado.

Campeche nos trajo tantos buenos lugares por visitar como Calakmul y Chicanna aun te maravillan toda la cultura maya y todos estos viejos templos y ciudades que aún sobreviven aunque hayan pasado milenios desde su creación y a mí me hacen recordar la hermosa cultura que tiene mi gente y que no se debe de olvidar, al contrario se debe de enriquecer.

Me gustó mucho la foto que tomaste de este anciano sentado sobre la entrada de su casa, donde solamente el bastón no evitaba que cayera totalmente al suelo y su mirada perdida hacia el horizonte, como tratando de que volvieran sus mejores días que ya habían pasado…

Al partir hacia Tabasco me detuve un rato y mire hacia atrás hacia toda la belleza que estábamos dejando y solamente el cierre del obturador de tu cámara me hizo recordar que todavía teníamos un camino por delante que recorren nos volvimos a subir a este viejo carro para seguir nuestro camino.

Que vivo me siento ya hasta se me había olvidado de mi operación cuando me toque mi cabeza y aun sentía las heridas que quedaron como recuerdo de mi segunda oportunidad…

O.M.A


 

Día 10108

Día 10095

No nos tardamos demasiado en llegar a Campeche solamente fueron dos horas tomando la carretera principal, decidí que visitáramos primero la ciudad de Campeche y de ahí ir a las zonas turísticas del estado. Yo ya en verdad no recordaba mucho de Campeche, pero jamás había lucido tan hermosa como ahora, los edificios históricos tienen una iluminación espectacular por lo cual la noche resulta más agradable; pareciera que no pararan las sorpresas para ti porque siempre que llegamos a un lugar, luce tan hermoso y pensar que esta ciudad durante la colonia española y durante la independencia de México fue utilizada como una ciudad amurallada para defenderla de los enemigos, pero ahora, ahora pareciera que el tiempo no ha pasado por esta ciudad, por lo menos aquí en el centro no pareciera que viviéramos en pleno siglo XXI aún se siente un aire de la colonia, es bello este lugar. Logramos obtener una habitación en la Hacienda Puerta Campeche un hotel en pleno centro histórico, pero la belleza de las habitaciones siguen guardando un encanto de la época antigua, y para nuestra fortuna nos tocó una habitación en el segundo piso, con balcón y la vista es esplendida desde aquí, no nos podemos resistir y mientras veía por el balcón me rodeaste con tus brazos mi cintura y me decías que saliéramos a explorar, lamentablemente ya era un poco tarde y casi ya todo estaba cerrado, pero eso no le quito la belleza a la ciudad y después de un tiempo encontramos una especie de fuente de sodas abierta, y recordaba este lugar, mi papa nos había traído a conocer Campeche y recuerdo que el calor era fuerte después de todo era verano y encontramos la misma fuente de sodas, te lleve jalando del brazo para pedir un agua de guanábana, siempre la curiosidad y tus preguntas a veces no te dejaban disfrutar de hacer algo diferente, pero después de tanto insistir finalmente la pediste y te trajeron una guanábana para que vieras como era la fruta. Apenas en el primer trago te caía algo fresco y dulce por el esófago diciéndome que estaba delicioso, me decías que ya no volverías a dudar de mí y en verdad espero que hayas logrado mantener eso de que ya no volverías a dudar de mí.

O.M.A

Día 10107


 

Ya pasaron los días aquí en Mérida y sí que nos hemos divertido de lo lindo. Creo que lo que más te gusto de aquí fue la comida, cuando probaste la cochinita pibil con un poco de chile habanero fue demasiado gracioso al ver tus ojos como saltaban y a gritos pedias un poco de agua, pero tienes que aceptar que yo te advertí que eso era en verdad picoso. Por suerte la sopa de lima te calmo ese ardor que sentías por todo tu estómago. Creo que lo que más te gusto después de una cochinita pibil ardiente fue el poc-chuc y es que te los comías con tanta delicia que me acuerdo que siempre te terminaba robando uno o dos tacos, dicen que la comida robada es la que sabe mejor pero creo que tú le ponías un sazón extra al disfrutarlo tanto.

Y después de semejantes comidas que nos dábamos por la noche, salíamos a caminar al centro histórico, en verdad te fascino la forma de la ciudad aún conservaba rasgos coloniales, pero con la modernidad de una ciudad. Recuerdo que tuvimos la suerte de ver un bailable que hacían en las noches mexicanas, donde salían bailando en los atuendos típicos del lugar bailando la jarana, nos sentábamos ahí observando como bailaban y la tradición de aquí era poner un gran pañuelo en el suelo y con los pasos del baile debían de formar un moño perfecto, si lo hacían significaba que se podían casar y estaban listos para el matrimonio. En verdad estas aprendiendo mucho de la cultura mexicana y lo bueno es que te gusta aprender cuando te cuento, ahora yo mismo me recuerdo a mi padre, tratando de explicarme todo.

También conociste lo que era una bomba yucateca, un tipo de chiste de la región donde el acento que tiene lo hace muy gracioso, pero sobre todo es la forma de contarlo medio cantado, recuerdo cuanto te reías, no porque entendieras del todo lo que decían, pero por su forma de contarlo, creo que eso es lo que me hace feliz, que tu estés feliz en este momento…

Y aunque también en nuestras caminatas encontramos la marimba, te decía que esto era más bien de Chiapas, pero no te importaba te gustaba el ritmo y sobre todo porque se parece mucho al xilófono pero no es un xilófono es una marimba, es original de México y las notas que salen de este son todavía más dulces, después de una pequeña pelea de 5 minutos en la que estabas necia de que era un xilófono, por fin nos dejamos llevar por la música, creo que tus fotos han estado mejorando mucho porque ahora captas los momentos de la vida mejor. Recuerdo que antes me solías decir que te daba como un poco de pena tomarle la foto a los extraños que pasaban por la calle porque sentías que interrumpirías con su momento, pero lo que hace a un excelente fotógrafo es poder captar ese momento, y creo que tú lo has logrado, lograste captar a este viejito que estaba tocando la marimba, y donde pareciera que la música que tocaba le saliera del corazón, la sonrisa que ponía en algo que a él le gustaba, y aunque las propinas no eran tan generosas el seguía feliz tocando con la música. Tuve otra de mis ideas locas me puse a un lado de este señor y vi exactamente las partes de la marimba donde tocaba, y me dio sus baquetas y empecé a tocar lo más parecido que pude a él, tú me veías del otro lado tocando la marimba y te dije que te acercaras para que tocaras conmigo, el señor saco otro par de baquetas que tenía y ahí los dos empezamos a tocar, y aunque parezca un chiste pareciera que sonaba mejor cuando los dos tocábamos, tanto que algunos turistas y peatones se paraban a ver la escena de dos personas que no tenían ninguna experiencia tocando la marimba, estuvieran tocando. Pasamos por el mercado de artesanías donde no pudiste evitar poder comprarte un vestido típico de Mérida, con todos los bordados y figuras que llevaba, aunque sabía que ese no era tu estilo de ropa era tu forma de recordar un poco más de Mérida. Ahí encontramos un puesto de dulces típicos y los dos nos comimos un pedazo de calabaza melada, eso nos dio más azúcar para estar más dulces durante todo el día.

Pero creo que lo mejor de todo fue llevarte a esos sitios donde solía pasar mi niñez. Fuimos a la unidad habitacional militar, ya no recordaba cómo llegar y es común después de todo nunca maneje de niño y solo esperaba que mi papa o mi hermano me llevaran de un lado a otro y no me debía de preocupar por saber el camino. Después de preguntar varias veces finalmente dimos con el lugar. Aun permanecía casi idéntico a como lo recordaba, la cerca blanca con tono verde militar y las casas muy parecidas, inclusive la tiendita de la esquina seguía, ahí muchas veces con mis amigos me iba a comprar golosinas, refrescos, cualquier tipo de producto que parece llamarle la atención a un niño. La vieja casa donde vivíamos aún seguía de pie, las casas que se le dan a los coroneles, casa de dos pisos, recuerdo que me parecía grande en ese entonces ahora parecía más pequeña, es increíble como las dimensiones de un objeto van cambiando según vas creciendo. El patio de la unidad habitacional seguía ahí, ahora nuevas familias nuevos niños jugaban con la pelota, a saltar la cuerda, los adolescentes paseaban algunos agarrados de las manos, otros platicando con sus amigos, tantos bellos recuerdos que pensé que había olvidado, pero era solamente falta de estímulo de mi memoria, te contaba una historia de algo que me paso alguna vez, jugaba con mis amigos a carreteras pintadas con gis sobre el asfalto y recuerdo que había una coladera abierta cerca y mi carrito se fue por la coladera y recuerdo que me puse triste, no lo pude evitar y una lagrima caía por la fuerza de la gravedad, me preguntabas si era por ese coche de juguete que había perdido, pero la verdad fue volver a ese lugar, donde aunque no fue el lugar donde había nacido me había dado tantos momentos de felicidad.

Tal vez si hubiera recordado a la escuela que fui ahí hubiéramos podido ir, pero mi memoria ya no es tan buena como antes…

Y cuando nos despedíamos de Mérida pareciera que la ciudad sabia de nuestra partida y nos quiso regalar un cielo despejado con un sol que se iba ocultando tras los tejados de la ciudad, ahora entiendo que este viaje no solo será hermoso para ti, me ayudara a recordar mucho de mi pasado.

Nuestro próximo destino Campeche…

O.M.A

sábado, 9 de enero de 2010

Día 10102


 

Año 10 de la era cristiana.

En ese entonces era un simple mercader, el imperio romano seguía siendo la gran potencia de nuestros tiempos. Estaba en un lugar muy parecido a lo que es Roma hoy en día, pero nada es igual a aquellos años, con todos sus nuevos edificios. Como mercader tenía las ansias de conseguir nuevas mercancías de esas tierras recién conquistadas y el emperador Augusto parecía querer obtener nuevos objetos. El gran Augusto fue un buen emperador con el vimos transformado a un pueblo de tabiques a un pueblo de mármol, pero yo era un explorador y saber que podía cursar hasta Armenia sabiendo que los centuriones romanos vigilaban los caminos de posibles enemigos como los germanos sentía seguridad en mis viajes. En ese entonces me conocían como Octavius, y tenía la facilidad para aprender los idiomas de los pueblos recién adquiridos por el imperio, y quería explorar eso que se empezaba a llamar el medio oriente.

Estaba atravesando el desierto de lo que hoy se conoce como Turquía cuando mi cuerpo sucumbió ante la inclemencia de aquel lugar, me daba por muerto por seguro, no volverían a encontrar mi cuerpo en aquel lugar…

Desperté por el sorbo de agua fresca que me daban, no reconocía el lugar, solo eran sombras sin sentido, y de repente todo empezó a conseguir forma, incluso la bella mujer que me estaba dando de beber esa agua, mi armenio era básico, solamente algunas cosas que había logrado aprender por otros comerciantes que me habían contado, empecé a hablar en latín, pero no recibía una respuesta, solamente esos dos ojos más negros que la obscuridad que me quedaban viendo fijamente, no sabía si pensabas que era un demonio que venía de occidente, o si estabas tratando de entender todo lo que salía de mi boca.

Paso una semana y por fin el hambre volvía a mi cuerpo, comía cuanto me traías de comer, incluso comidas con especias que jamás había conocido antes, lejos estaba de Armenia, sabía que seguramente esto era uno de los pequeños asentamientos que se mantenían libre del imperio romano, no encontraría a nadie con quien poder utilizar mi lengua nativa. Solamente fui un observador durante estos días, pero solamente con observar iba aprendiendo el armenio, cuando volviste a atenderme, te dije shad shenorhagal te quedaste sorprendida porque pude hablar más, te decía despacio porque no entendía mucho de lo que decías, pero entendía algo que me querías decir tu nombre, Knkoush me tuviste que corregir como unas 20 veces para poder pronunciarlo bien, siento igual que cuando quise aprender a decir tu nombre ruso. Me acostumbre a la vida de tu pueblo, me volví uno más de los trabajadores del lugar, cazando, construyendo, ayudando a la comunidad. Me olvide de Augusto y su imperio, había encontrado lo que había estado buscando en mi vida.

Despierto y me encuentro a tu lado en un hotel en Chetumal, creo que jamás te lo he dicho, pero a veces hablas mientras duermes, hablas en ruso a veces, otra veces en alemán, y uno que otra vez en español, pero lo que más me gusta después de despertarme a tu lado, es que a veces sonríes por las noches, y no me pregunto si seré yo el que te estará haciendo sonreír en tus sueños porque tu sonrisa es demasiado bella como para atacarla con mis inseguridades.

Estuvimos conociendo todo lo que era Chetumal, así como la historia de su nombre, se le conocía como el lugar donde nacen los arboles rojos, curioso pero ya no veía ninguno de esos árboles rojos, solamente podía ver una ciudad inmersa de humanidad.

En el camino hacia Chetumal habíamos tomado la 307 para llegar a ese bella ciudad y ahora la tomaríamos para pasar a Mérida, creo que jamás te lo había contado pero pase gran parte de mi niñez viviendo en Mérida, de hecho recuerdo la despedida que tuvimos cuando partimos de México yo tenía alrededor de 5 años y no tenía un gran apego material por cosas como la casa, o cualquier otro objeto por lo que me fue muy fácil dejar aquella vez el lugar donde había nacido, después de todo iba a estar con mi mama y mi papa y mi hermano; recuerdo que cuando llegamos después de haber conocido por carretera México, cuando llegamos a Mérida, sentí el calor extremo húmedo que había en el lugar, jamás había sentido un calor tan intenso y sentía que me deshidrataba ya que mi pequeño cuerpo sudaba por todos lados, y sentía como el asiento del carro de mi papa me pegaba a este. Mi primera comida ahí fueron una papadzules en un viejo motel color azul turquesa, aún recuerdo ese lugar pasamos ahí dos noches mientras nos tenían preparada una casa en la unidad habitacional militar. La cebolla morada fue otra novedad para mí en mi tan corta vida en ese entonces, pensaba que mis ojos me jugaban una mal broma, pero me decían que la cebolla morada era típica de esta zona. La comida siempre fue tan deliciosa, recuerdo que esa misma noche mi papa nos invitaba a cenar a otro lugar, como niño siempre sentí una atracción especial hacia la pizza, ahora descubro que casi todos los niños sienten esa atracción, pero que será? Acaso será sus rebanadas, el queso, la salsa, no lo sé pero es un manjar, incluso cuando tienes 28 años. Me acuerdo que encontramos un lugar de pura casualidad, estaba bastante escondido, no tenía letreros de neón, ni un letrero espectacular que dijera pizzería, pero el olor era inconfundible. Entramos y recuerdo que en ese entonces a lo mucho solamente me podía comer dos pedazos sin que sintiera que mi estómago iba a explotar, era feliz con mi familia cuando era niño. Recuerdo que cuando salíamos había un muñeco del estereotipo de cómo sería un cocinero de pizzas italianas, bigote, gordito, y con las mejillas mas rojas que pudieran existir. Recuerdo que a su lado tenía un barril lleno de agua, y me asome para ver que había viendo en el fondo monedas, le preguntaba a mi papa por que estaban las monedas en el fondo, con el amor que tenía ese hombre y viendo que me interesaba por conocer las cosas de la vida, me dijo que era una especia de pozos de los deseos, donde la gente lanzaba una moneda a cambio de que se les cumpliera su deseo, me intrigo aquel mecanismo donde por una moneda se cumplía tu deseo, mi papa me ofrecía una moneda y la lance mientras veía como caía lentamente hasta donde estaban las otras, y me decía que esperaba que se me cumpliera mi deseo.

Llegamos de noche a Mérida, recuerdo que tu estuviste dormida la mayor parte del camino, pero el momento en que todas las luces de la ciudad llegaban a tus ojos te despertabas como una niña que esperaba su regalo frente a ella, y me decías solamente un wow, y con esas palabras sabía que estabas contenta de estar ahí.

El paseo de Montejo solía verse más grande cuando yo vivía aquí, pero aun así se ve igual de impresionante, ahí llegaríamos hasta el centro histórico pasaríamos por el monumento a la patria hasta llegar al centro, de ahí solamente nos tomaría un par de minutos a mi memoria y a mi poder recordar la ubicación exacta de esa pizzería, solamente recuerdo bien que se encontraba atrás del palacio municipal. Después de un rato que mi memoria y yo recordamos dimos con el lugar, y el cambio era notable ya no era ese pequeño lugar, ahora si existían los letreros de neón, el lugar ahora contaba con un segundo piso, no era de extrañarse después de todo esas pizzas eran deliciosas. Me refunfuñabas porque comer pizza, cuando te había dicho de toda la comida yucateca tan deliciosa, solamente guardaba silencio y una sonrisa, espero que ahora entiendas porque mi necesidad de visitar ese lugar. Al final de la comida ya no parecías tan enojada, porque en verdad es una buena pizza, tal vez tan buena como una pizza napolitana, las que llegaste a comer alguna vez. Para mi sorpresa aún seguía aquella figura del bigotón con su barril, no pude evitarlo y una pequeña lagrima recorrió mi mejilla, me decías si estaba bien, si lo estaba solamente la nostalgia de mis viejos recuerdos, me pase unos cuantos segundos observando el final de aquel barril, parecía que apenas lo habían pintado después de todo cuantos años ya tendrá ese lugar, me pase buscando en el fondo si aún estaría ahí en el fondo mi moneda, pero el adulto racional en mí ya no veía solamente un pozo de los deseos, pero la mente mercadotécnica del dueño del lugar para llevarse a su bolsillo unos cuantos pesos más, no dejaría que eso pasara, saque una moneda de mi pantalón, y ahora te daba el deseo a ti, diciéndote las mismas palabras que mi padre, espero que se te cumpla tu deseo, y tú me soltabas una mirada picara diciendo que ya se te había cumplido.

Encontramos una habitación disponible en el Presidente Intercontinental después de todo gracias a mi amigo, podíamos acceder casi a los mejores hoteles.

En verdad el calor es insoportable incluso con el aire acondicionado, sudamos todo lo que comimos en el viaje por el centro, y admiramos algunas partes del centro histórico, aún seguían existiendo estas viejas calandrias, con sus caballos blancos que nos dieron un tour por el centro histórico, tu seguías tomando tus fotos, aun con tus inseguridades de que no lograbas tomar fotos únicas, yo te trataba de entender y decirte que tus fotos eran únicas, pero creo que jamás entendiste, después de todo esa no era mi especialidad la fotografía, es como si tú me trataras de decir de libros y de escritura, simplemente quise guiarte para que entendieras que tus fotos eran originales, al igual que tu hacías con cada cosa que yo escribía.

O.M.A

P.D. Creo que estoy aprendiendo algo nuevo de ti unas muecas que haces cada vez que tomas una foto que no te parece original, es como entre una expresión de desagrado y un pequeño puchero, incluso esa cara que haces la amo, como amo todo lo que haces.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Día 10097


 

Ya hemos pasado casi media semana aquí en Quintana Roo, y hemos hecho miles de cosas.

Finalmente decidimos comprar un carro para hacer la aventura por las carreteras a todos los estados de México. Fue un Ford Falcon del 66 todo un clásico, jamás me había llamado la atención saber tanto de carros, pero recordaba esta vieja película de una pareja enamorada que tenía un carro clásico, me imaginaba así mi viaje contigo, manejando por las carreteras, una mano en el volante y la otra rodeando tu cuello, mientras tú me abrazabas de la cintura y recargabas tu cabeza en mi hombro, sin nada que nos quitara la libertad, la libertad seria este carro y la carreteras.

Lo primero que hicimos fue visitar todo lo que pudiéramos de la cultura maya, ya que en verdad esto era un paraíso para haber establecido una cultura tan antigua como la maya. Por lo tanto lo primero que vimos fue la Rivera Maya, uno de los lugares que se ha puesto de moda como un destino de gran turismo para todo el mundo. Y como negarlo es una maravilla de lugar y Playa de Carmen como su ciudad principal la diversión nunca acaba en este lugar.

Todas las playas que visitamos simplemente pareciera que la humanidad no las había descubierto y había sido un esfuerzo del gobierno local por recuperar las playas ante los intereses de los hoteleros, y si que fue una gran idea porque la humanidad puede seguir disfrutando de playas como Playa del Secreto en la cual pudimos ver la migración de la tortuga solamente para poner sus huevos y regresar al mar, fue un espectáculo maravilloso. O cuando fuimos a bucear a Paamul donde pudimos disfrutar de los arrecifes marinos, y los bancos de peces de múltiples colores, le compramos a tu cámara una protección especial para poder meterla debajo del mar, todas las fotos que tomamos ahí, me encanta no por la belleza que hay en el lugar, pero porque por primera vez pareces verdaderamente feliz. Cuando estuvimos por puerto Aventuras, donde también estuvimos buceando y vimos los barcos que se habían hundido, como si fuera una vieja escena de lo que había pasado en el pasado. Y como olvidar Xcacel sobre esa arena tono marfil, y las olas leves que existía simplemente hicieron el momento maravilloso para hacer el amor, en aquel lugar; sería tonto de mi parte y machista decir que te hice mía, es una mala utilización del lenguaje, hacerte mía, decir que eres mía, cuando en realidad nos volvimos uno, cuando nuestras mentes en realidad bajaron cualquier barrera, fue maravilloso. Y en Boca Paila donde agarramos un bote para ir de pesca, y como tu lograste capturar un pequeño pez vela, pero como es solamente un deporte lo devolviste al mar, parecías demasiado feliz porque jamás habías hecho pesca en toda tu vida, yo tampoco y por eso yo no corrí con tanta suerte, donde lo único que pude pescar fue el aire, por lo menos hubiera sido chistoso haber pescado una vieja bota de caucho.

Luego cuando estuvimos en Xcaret parecía tan cambiado de aquel pequeño parque a una de las mayores atracciones que ahora existía en Quintana Roo. Aquí hicimos un recorrido por uno de los cenotes que fue maravilloso cuando llegamos a la cueva subterránea estar rodeado por todas esas estalagmitas que se fueron formando y por los pozos de agua de los cenotes que hacían en verdad un espectáculo a los sentidos el lugar. Aquí también en Xcaret pudimos ver toda la fauna que daba el parque, hacía mucho que no había visto un jaguar pero verlos me lleno de alegría, no sé cómo expresarlo como si ver aquellos animales me trajera paz. Tú te asombrabas por los flamencos, pero te decía que después iríamos a visitarlos en las reservas naturales que tienen. Y la cueva de murciélagos donde casi cualquier mujer se hubiera asustado pero no tu, al contrario pareciera llamarte más la atención este tipo de animales, cocodrilos, murciélagos, tarántulas, eras en verdad una aventurera. Aquí también estuvimos viendo más cosas de la cultura maya, desde la forma típica de vestimenta de estos antiguos moradores, como las ceremonias rituales, arte, muchas cosas aprendimos y digo aprendimos porque había olvidado varias cosas. Y sin embargo aunque aquí decían que el calendario maya no pronosticaba el fin del mundo, pero de un cambio aún seguía las personas ignorantes pronosticando un fin del mundo para diciembre de este año, y me daba risa porque eso no parecía; pero me daba una idea para un libro, algo como un libro como "El Testamento Maya" o algo un poco más local, donde pronosticara los temores de millones de personas.

Pasamos por Chichen Itzá donde visitamos la pirámide de Kukulcán una de las pirámides mejor conservadas de México y de todo el mundo maya, era simplemente espectacular por su forma, y solamente recientemente se había descubierto que dentro de la pirámide que se podía ver, existía los restos de una pirámide más pequeña sobre la cual se construyó el castillo. Recuerdo una vez cuando vivía en Mérida con mi familia, un día mi papa nos llevó a visitar unas ruinas de la cultura maya, y mi mama se había sentado sobre un Chac Mool y recuerdo como inmediatamente un guardia le decía que se quitara porque era parte de las ruinas y podría ser destruida. Te contaba la historia mientras nosotros veíamos a otro Chac Mool en el interior de la sala de ofrendas. Luego pasamos por el Caracol lo cual me sorprendió todavía mas porque los antiguos mayas habían construido el primer observatorio donde veían las estrellas en el cielo y podían calcular con una precisión exacta cosas que las computadoras de ahora apenas habían logrado el movimiento de los astros, y yo como un astrónomo aficionada simplemente me fascino la idea de que esta cultura había logrado semejante avance solamente con observación y matemáticas. Tal vez podríamos observar el descenso de la serpiente de Kukulcán cuando fuera el solsticio de verano donde era sorprendente como los mayas habían creado la pirámide para que hiciera ese efecto durante el solsticio.

Luego nuestras visitas por las islas de Cozumel e Isla Mujeres, en la isla Mujeres nos metimos con los tiburones pequeños y las tortugas gigantes a nadar fue maravilloso, Ahí también estuvimos viendo la pequeña isla y los lugares que tenía para visitar, donde fuimos a comer un par de langostas recién sacadas del mar, la comida ha estado esplendida desde los pequeños bocadillos que nos dan hasta cosas tan grandes como las langostas, aún recuerdo tu cara al haber comido más de la mitad y ya no poder más y como te salía una pequeña pancita. Anduvimos chachareando por las calles encontrando varios lugares con artesanías, donde tú te comprabas casi de todo, pulseras, aretes, playeras.

Finalmente por Cozumel fuimos a visitar más arrecifes, y el parque natural Chankanaab donde pudimos ver algunos manatíes en su entorno. Descansamos en sus arenas blancas tomando el sol, ambos ya estábamos bien bronceados. Me imaginaba cuando Jaques Cousteau venía a explorar toda la fauna marina. Nos adentramos entre la vegetación encontrando una pequeña laguna donde casi nadie iba de visita. Y ahí existía un pequeño asentamiento de flamencos, rápidamente sacaste tu cámara para captarlos mientras algunos estaban ahí parados con una de sus piernas y otros volando al ras del agua.

En verdad fue maravilloso todos los lugares que visitamos, las noches que nos íbamos a bailar a diferentes lugares. A los nativos que conocimos que eran ya la 15va generación de descendientes directos de mayas, y sus costumbres. En verdad fue un buen inicio para nuestra aventura.

Ahora iremos a visitar Yucatán, pero antes haremos una pequeña parada en Chetumal, para que veas lo que hace una ciudad con frontera a Guatemala, donde hay un claro mestizaje. Estamos ahora en un pequeño restaurante descansando, llevamos buen tiempo, ahora tu estas en el baño y yo pensando que mas aventuras tendremos.

P.D. Apenas fue una semana y media y has tomado tantas fotos que pareciera que has vivido toda tu vida ahí, no quiero pensar cuantas fotos tendrás cuando términos de viajar por todo México.

O.M.A

viernes, 25 de diciembre de 2009

Día 10088


 

No hemos dormido nada y ya estamos en el aeropuerto esperando el vuelo para Cancún. Pasamos toda la noche empacando, bueno yo empaque todo lo que necesitaba en menos de 1 hora, pero tu si te tardaste bastante y te tuve que ayudar para que no se nos hiciera tarde.

No hay mucha actividad en el aeropuerto sobre todo porque aún es muy temprano tenemos la cara de desvelados, pasamos al Starbucks del aeropuerto tu a comprar un té chai y yo un poco de café, para aguantar lo que vendría todo el día.

Ya eran las 9 de la mañana cuando anunciaban en la sala de espera que ya iban a abordar a los pasajeros de primera clase, no tardaron mucho para llamarnos a nosotros, trate de conseguirte asiento en la ventanilla para que vieras todo lo que pudieras desde el cielo esa parte de México y todo el mar azul turquesa de Cancún, sabría que te enamorarías de eso.

El avión no iba para nada lleno e iba casi a la mitad de su capacidad, casi todos eran personas de negocios uno que otro turista, y nosotros nuestra gran escapada romántica, aunque la tenía que cubrir con la excusa de que sería el viaje para realizar mi siguiente novela.

El avión despego puntualmente 9.30; me gusta la sensación en mi estómago cuando el avión acelera a fondo para superar la gravedad y elevar más de 1000 toneladas al aire, el momento exacto entre estar en el suelo y poder despegar, esa sensación en el estómago que es indescriptible, solamente es esa sensación tal vez de libertad, de lograr lo que el hombre siempre ha soñado volar como los pájaros y ser libres.

Tú simplemente estabas emocionada y ni siquiera habíamos llegado aún a Cancún, me imaginaba que te daría un infarto de la emoción en el momento en que llegáramos a esas playas blancas. Recuerdo cuando vivíamos en Quintana Roo y mi papa nos llevó a este lugar, aun eran playas vírgenes olvidados por la sociedad, cuando vi ese lugar en verdad pensaba que si el paraíso existía no podía ser mejor que aquel escenario.

El vuelo duro menos de 2 horas y media la cual fue suficiente para que nos recuperáramos de la desvelada, nos pudimos dormir un buen rato, aunque no desayunamos lo que ofrecieron en el vuelo, no tenía hambre, prefería tenerte entre mis brazos y apoyando mi cabeza sobre la tuya hasta que escuchamos al capital diciendo que nos aproximábamos al aeropuerto de Cancún, que nos abrocháramos los cinturones. Nos despertamos el momento exacto para poder ver la costa, y la zona hotelera. Sacaste rápidamente tu cámara para poder tomar una foto y aunque cualquier aparato eléctrico está prohibido no importaba sería una buena foto.

Por fin llegamos al aeropuerto y fuimos a recoger nuestro equipaje, mientras buscábamos la camioneta que nos llevaría al hotel, para estos días teníamos ya una reservación para el Gran Melía, de ahí estaríamos visitando las zonas más turísticas de todo el estado de Quintana Roo e iríamos a lugares que no todos los turistas conocen.

Llegamos al hotel, donde nos recibieron con un coctel de bienvenida y nos registramos para nuestra habitación. Teníamos uno de los cuartos donde se veía perfectamente toda la zona hotelera, y también toda la bahía, la vista era hermosa y ninguna nube cubría el cielo por lo que debíamos de aprovechar. Rápidamente nos pusimos nuestros trajes de baño y nos disponíamos a ir a la piscina del hotel la cual nos decía tenía una elevación para que al momento de entrar a la alberca no vieras que tenía un borde, pero que pareciera como una piscina que termina con el mar. Era simplemente bello.

Estuvimos un buen rato tomando el sol y bronceándonos yo aproveche para volver a practicar los estilos de nado que había aprendido, el lugar en verdad es un buen paraíso, fue una buena elección la de mi amigo habernos enviado a este hotel.

Decidimos ir al snack bar y tomarnos un par de tragos y comer algo ligero. Lo que ahora queríamos hacer era dar un recorrido por toda la zona hotelera, e ir al centro para visitar más de este lugar. En realidad estaba pensando en que compraría un carro viejo usado, porque en realidad mi plan era recorrer todo México por carretera porque solamente así se puede descubrir la belleza de un país, y sería conveniente para poder trasladarnos de un lugar a otro, sin la necesidad de estar agarrando camiones, o esperando los horarios que imponían los hoteles.

Fuimos a conocer el centro, lugar típico como todo pueblo en México que quiere atraer turistas, con colores llamativos en las fachadas de los edificios. Fuimos al mall la Isla Shopping, un lugar que estaba pegado al mar, y era un lugar abierto, para así sentir la brisa del mar. Te sorprendías por todas las artesanías que vendían en esta zona pero te decía que iríamos a los lugares donde las vendían baratas, porque aquí los precios se los elevaban mucho a los turistas, y que a donde fuéramos encontraríamos cosas todavía más bonitas.

Regresamos al hotel, después de todo estábamos todavía cansados por la desvelada y el viaje, por lo que fuimos al restaurante mediterráneo del hotel, para probas sus manjares, me encanta escuchar las olas del mar, mientras comíamos, y luego el olor del mar, simplemente siento que esto no es verdad, no quisiera irme nunca de lugares como estos.

Fuimos un rato a la disco del hotel, a bailar a disfrutar, a reírnos. Decidimos caminar por la playa en la noche, no necesitábamos la iluminación más que la que brindaba la luna. Ahí los dos descalzos caminando sobre esa arena que más bien parece algodón, sintiendo como las olas del mar llegan hasta nuestros pies, las palabras adecuadas para este momento eran que te amo, y que este viaje será la mejor experiencia de los dos.

P.D. Me encanto la foto que tomaste del sol cuando se estaba metiendo para el ocaso, y como parecía que el mar se lo tragaba, y como el mar parecía tornarse amarillo. Se que tus fotos serán muy populares.

O.M.A

Día 10087


 

Trajes varios arreglos de flores, rosas, claveles, orquídeas, tulipanes, las puse alrededor del cuarto. Pensaba que tal vez el olor te despertaría, pero es una suerte ese sueño pesado que tienes, no te despertaba el ruido que estaba haciendo.

Me levante a eso de las 3 de la mañana todo seguía demasiado obscuro; me levante sin hacer demasiado ruido, te iba a dar mi primer sorpresa antes de que despertaras. Empecé a inflar globos y serpentinas para ponerlas en el cuarto, como un gran cartel deseándote felicidades en los idiomas que sabias. Hacia unos años te había hecho un video para tu cumpleaños pero ahora tenía la oportunidad de disfrutar tu cara con ese tipo de regalos.

Me volví a acostar abrazándote para volver a agarrar el sueño, esperaba que la sorpresa te fuera agradable cuando abrieras los ojos. Eran las 4 y todavía faltaban algunas horas para que te despertaras.

Cuando me había despertado vi que ya nos habíamos movido en la cama, y ahora estábamos acurrucados en la cama. Cuando me empecé a mover me dijiste muy dulcemente buenos días, que flojito era porque ahora tú te habías despertado antes que yo. Me decía yo mismo que bueno que no te habías dado cuenta de todos los regalos. Me decías que el cuarto tenía un olor como a flores, yo solamente me reía, y te decía que tal vez deberías de volver a voltear a ver todo el cuarto. Cuando te lo dije empezaste a ver todo, yo abrí las persianas y ahí estaba tu primer regalo todo el cuarto arreglado, las flores que más te gustaban, todo arreglado, el letrero, y yo diciéndote felicidades, por primera vez cuando habías abierto tus ojos , por primera vez estábamos pasando nuestros cumpleaños juntos, esperaba que así fuera por mucho tiempo más.

Mi segundo regalo aunque algo tonto, sabía que solamente a ti te provocaría una sonrisa, agarre un moño gigante y me lo puse alrededor del cuello, pensaba que mejor regalo que tu "milagrito" para este día, la única condición es que debías cuidar bien de este regalo, es algo raro, único, pero eso si, jamás te hará sentir sola. Prometiste siempre cuidar de mí, que era el regalo más grande que jamás te hubieran dado.

Nos fuimos a la cocina y preparamos huevos con jamón y queso, algo rápido de hacer y que nos mantendría llenos por un par de horas. Tú también te estabas empezando a hacer un poco más vieja, tal vez más madura. Recuerdo tus fotos que alguna vez vi cuando tenías 20 años parecías tan inocente, tan llena de tantos sueños; aun seguías así pero parecía que algo en tu mirada hubiera cambiado, como cansada de tantos errores de tu pasado esperando simplemente un poco de luz para no sentirte tan perdida.

Te decía que todavía te quedaban 3 regalos más, pero como fuera pasando el día los irías recibiendo, estabas demasiado entusiasmada como para presionarme por descubrir tus regalos.

Al paso del día te llamaron tus padres felicitándote por tu cumpleaños, no pudiste evitar llorar porque sabía que estabas lejos de casa, y que todavía querías disfrutar de estos momentos con ellos. Creo del todo tiempo que has estado aquí te volvió esa nostalgia de ver los personas más importantes en tu vida. Solamente te pude abrazar durante un tiempo, las palabras estarían de más.

Me pediste que fuéramos a comprar algo de ropa para ti, es algo que te había gustado desde siempre poder estrenar algo de ropa durante tu cumpleaños siempre te gusto lucir bien. Fuimos a Polanco Antara, uno de los lugares para la gente más rica de México, solamente te llevaba de paseo, sabía que una buena mujer no compra el primer vestido que ve, al contrario tiene que elegir entre cientos para por fin elegir el perfecto para ella.

Te decía de broma que tal vez te deberías de comprar un vestido como los que usaba Frida, y peinarte igualito con ella, la idea no pareció desencantarte, al contrario me seguías la corriente y me decías que tendrías que cambiar todo tu guardarropas y empezar a pintar varios oleos. Tu serias mi pequeña Fridita y yo sería tu Dieguito.

Entramos a varias tiendas, te probaste miles de vestidos, al parecer la moda de los colores pasteles había vuelto aunque siempre estaban los básicos como un color rojo, o un negro siempre parecerían elegantes. Jamás habías sido de tantos vestidos en esos en los que enseñas las piernas, siempre había sido un poco más reservada, de hecho muy pocas veces te había visto con vestidos, pero ahora ese parecía ser lo que más te gustaba usar.

Regresamos a Plaza donde me habías dicho que habías visto unos vestidos en una tienda, fuimos aunque yo ya estaba algo cansado de ver tantos vestidos, pero al final de cuentas habías elegido el vestido perfecto un color tono paste durazno con un cinturón color café claro que tenía una flor como decorativo, simplemente te veías hermosa con ese vestido, y que fuera todavía primavera haría que te quedara perfecto para esta noche.

Nos fuimos a arreglar a la casa, otra vez como en mi cumpleaños usábamos baños diferentes y cuartos diferentes esta vez utilizaría otro de mis trajes, ese Armani negro con rayas blancas, una camisa blanca con mancuernas y una corbata negra, total seriedad esta noche, esta noche era tuya.

Cuando abriste la puerta del cuarto, fue espectacular desde la fragancia que habías usado hasta la vista, pareciera que todos mis sentidos estaban por recibir un estímulo por tu parte. Jamás me habían gustado las mujeres con rulos en el cabello, no se me daba una sensación de que no se bañaban, o de que esas cosas no podrían ser tocadas. Pero en ti se veían tan bien te hacían resaltar las facciones de tu cara, y te daba cierta inocencia. Luego con ese vestido que te quedaba tan bien, simplemente como no amar ese rostro, al cual había recorrido mis dedos y ya me lo había aprendido.

Fuimos a comer al restaurante del Lago en Chapultepec, o como su slogan el restaurante más bonito de México y en verdad era un lugar bonito para comer, desde la estructura del edificio, hasta que se encontrara alrededor del lago de Chapultepec.

Había hecho una reservación en la mañana la ventaja de "estar de moda" es que en lugares como restaurantes les gustaba que un escritor como yo con cierta fama, visitara sus restaurantes para así hacerse de esa publicidad. Nos sentaron en una de las mejores mesas del restaurante con vista al lago y una vista de todo el restaurante. Te aparte la silla como un caballero mientras podía oler tu esencia un toque de jazmín con vainilla. Me acomodaba mi corbata y planchaba mi camisa con la mano mientras me sentaba en la silla.

Nos trajeron un poco de vino blanco y unos cebiches con langostinos como entrada. Para el plato principal yo pedí unos tacos de langosta con salsa de molcajete y entre los dos compartimos un chuletón con más vino. Toda la comida estuvo deliciosa y parecía encantarte este pescado, mañana festejaríamos todavía más comiendo pescado fresco del mar.

Compartimos tu postre con una velita que te había traído el mesero era una especia de brownie de chocolate, con un toque de fresas. Te decía que este era tu tercer regalo, y ya estabas impaciente porque todavía faltaban dos regalos mas y ya el día prácticamente se había acabado.

De lo que no te habías dado cuenta cuando habías ido al baño es que pedí la ayuda de los meseros para que me trajeran tus regalos y los guardara bajo la mesa. Ya no podía ser tan cruel y te dije que cerraras los ojos.

Puse en la mesa una caja cuadrada con tu cuarto regalo; te sorprendió que lo pusiera ahí porque no sabías de donde lo había sacado, sobre todo como lo había llevado hasta ahí, ya que en mi saco no hubiera podido caber ese regalo. Impaciente empezaste a desenvolver todo y cuando por fin pudiste ver el regalo te quedaste con una cara de sorpresa, porque era una cámara nueva, pero no era cualquier cámara, era una tipo profesional porque sabía que tu tenías un talento innato para tomar fotografías y poder transmitir muchos sentimientos, por lo tanto sabía que con la herramienta adecuada tu podrías desarrollarte todavía como una fotógrafa personal, y pensaba que hasta podrías tener algún día tu propia exhibición. Me agarraste de la cara con tus dos manos mientras me dabas un dulce beso por ese regalo, me decías si ya la había cargado, la prendiste y le pediste al mesero que tomara la primer fotografía de esa cámara, nosotros cenando en tu cumpleaños, no se me ocurría nada mejor para estrenar tu cámara.

Y por fin tu ultimo regalo, te decía que sería el complemento perfecto para tu nueva cámara, te enseñaba los boletos de avión hacia Cancún, que partían para mañana no te lo podías creer, te decía que sería un largo viaje, porque recorreríamos todo México, simplemente no lo podías creer, parecía demasiado perfecto, pero ahora era yo el que te daba el beso diciéndote que esto era realidad y que nos debíamos de preparar para el viaje.

Como toda buena mujer simplemente pensaste en que cosas deberías de empacar para el viaje, cuanto deberías de empacar, que te pondrías, ya estabas pensando en todo. Esa noche en realidad no dormimos porque tú te la pasaste viendo que pondrías en tus maletas, yo simplemente me llevaba muy poca ropa, en realidad lo único con lo que podría viajar yo sería con mi nuevo diario, pero pensaba que te aburrirías de verme vestido igual todos los días, sabia también que en el viaje compraríamos cosas entre ello ropa nueva.

Nuestro primer gran viaje juntos, tal vez el siguiente sea conocer todo el mundo… algún día…

O.M.A

Día 10086


 

Sabía que necesitabas un poco de inspiración en tu vida, y el arte parecía llenar eso que tanto necesitabas por lo que pensé que hoy sería un buen día para visitar museos y visitar otros lados de la ciudad.

A veces se me olvida que solamente llevas algunos días aquí en México, siento muchas veces que has estado viviendo aquí desde hace mucho, es agradable pensar que mis experiencias contigo se sienten así, como si hubiéramos hecho todo en estos días, durante toda la vida, como si fuera algo tan natural.

Hoy iríamos a visitar el museo de Dolores Olmedo donde se tiene la más grande colección de las obras de Frida, pensaba que como una artista te encantaría ver lo que una de las mujeres más famosas pudo lograr expresar en su arte.

Llegamos a esa vieja ex hacienda de la Noria, lo que en algún momento fue la casa de Dolores Olmedo otra artista mexicana que decidió que la obra de Frida y de Diego debían de tener un lugar para ser expuesta, y que toda la gente la pudiera visitar. Es un lugar bastante impresionante como típica hacienda jardines amplios, edificios de un solo piso, pero también enormes, se sentía como escenario de película cuando los pavorreales que había andaban por los jardines.

Anduvimos por las diferentes secciones del museo, cuando un cuadro te parecía fascinante te quedabas un rato observándolo, y como te había dicho que trajeras tu pequeño cuaderno te pusiste a hacer bosquejos ahí en los bancos que había, para los artistas como tú, encontrando la inspiración de viejos maestros, igual que yo con las letras, muchas veces me inspire de las palabras de otro escritor. La obra que a mí más me fascino fue la de la columna rota, como pudo expresar Frida todo el dolor que sentía, como tener que estar atada a la cama le había quitado la libertad, no me imagino perder algo como eso, pasar tus días solo estando en la cama, sabiendo que tus aspiraciones te quieren llevar a explorar el mundo.

Pensaba en llevarte a Coyoacán otro día, pero en dos días nos iríamos a nuestro recorrido por todo México aún no estaba seguro cuantos meses nos iba a llevar, pero si íbamos a estar lejos de aquí por un rato.

Ahí en Coyoacán se encuentra la Casa Azul el museo de Frida Kahlo, en el cual se encuentran diferentes artículos con respecto a Frida y a Kahlo, algunas de sus obras, ya que la mayoría se encontraba en el museo de Dolores, pero aquí se encontraban los vestidos típicos que usaba, como algunas fotos que se tomó con Diego, una en la cual se están besando, parecían estar tan enamorados, o al menos la definición de amor para ellos, porque se sabía de los problemas que ellos tenían, y sin embargo Frida se quedó al lado de Diego durante toda la vida, tal vez eso es amor, no importa las adversidades que exista en la vida, uno siempre esta con aquella persona que lo hace feliz.

Ahí en el museo algunas personas me reconocieron, adolescentes que encontraban en mi trilogía un amor que pudiera superar cualquier obstáculo, y me pedían mi autógrafo, me hacían sentir un poco tímido, jamás fui una persona exhibicionista y me daba un poco de pena cuando en la calle me paraban para un autógrafo o para tomarse una foto conmigo, pero al mismo tiempo sabía que por lo menos esas personas habían entendido mis palabras.

Estuvimos caminando ahí por Coyoacán hasta llegar a la plaza frente a la iglesia de San Juan Bautista, ahí existían varios pequeños restaurantes, como cafeterías y los famosísimos helados de Coyoacán. Nos sentamos un rato a descansar ahí viendo a la gente pasar y la vida de lo que se consideraba la parte artística de México, aquí se venían a juntar todo tipo de personajes famosos, desde actores y actrices, escritores, cantantes, era como un lugar que se había creado para este tipo de personas, yo casi no venía, ni porque me consideraba famoso ni porque me llamara la atención, pero la zona en si era bastante tranquila. Te comentaba como este lugar se me hacía tan lejano cuando mi papa nos traía de paseo, y ahora aunque sigue estando lejos de mi casa, ya no parece el otro lado del mundo. Cuando uno es niño el tiempo parece eterno cuando uno viaja, pero mientras uno más va creciendo siente que el tiempo se pasa volando por todas las actividades de un adulto. Tal vez después de todo Einstein si tenía razón que el tiempo es relativo.

De ahí nos pasamos a Insurgentes al Polyforum Siqueiros, a la gran bóveda, el Foro Universal donde estaba otro tipo de arte mexicano, el muralismo una forma de arte sobre todo de la lucha de la revolución mexicana, y los temas típicos de la vida mexicana, la diferencia de las clases sociales. Y ahí se encontraba uno de los más grandes murales La Marcha de la Humanidad, un inmenso mural que ocupaba todo el espacio del foro, que desde donde lo vieras te podía presentar un movimiento. Era algo impresionante ver toda esa obra y como retrataba diferentes cosas de la humanidad en ese entonces, como la lucha entre el socialismo y el capitalismo, y los astronautas desde el espacio observando a toda la humanidad.

De ahí a unos cuantos metros se encontraba la monumental Plaza de Toros de México y pasamos, es la plaza de toros más grande en el mundo, incluso más grande que cualquiera en España donde había nacido la tauromaquia. Inclusive cuando estuviste en España jamás te había gustado ir a ver la corrida de toros, pero pensaba que era de esas experiencias que no se pueden perder en la vida, solamente entramos a ver la primera novillada, con el clásico olé cuando el torero hacia alguna de sus suertes frente a esos animales que pesan más de 100 kilos.

El día en si había sido fantástico y mañana te tenía preparado todavía más cosas, después de todo sería el primer cumpleaños que te podría festejar y por lo tanto debía de hacer algo especial, sabía que sobre todo mis dos regalos principales te llenarían de alegría.

Me pase todo el día indiferente para que no sospecharas que te tenía una sorpresa para mañana. Ya había ido a recoger los boletos, nuestro primer destino iba a ser Quintana Roo, ahí nos quedaríamos un tiempo, por lo tanto las fechas estaban abiertas a la reservación.

También había ido a comprarte tu otro regalo, algo que sabía que apreciarías después de todo porque era de las cosas que te fascinaban. Los otros regalos que te haría serían de mi puño y letra.

No puedo escribir mucho hoy me andas vigilando demasiado, todo será mejor mañana.

O.M.A

Día 10085


 

"Nosotros los humanos ocultamos demasiadas cosas a nuestros semejantes, nosotros los humanos preferimos mentir a decir una verdad. Pero lo más sorprendente es que no podemos tolerar la verdad de otras personas, por lo que pedimos vivir entre mentiras. Pero las mentiras no son necesarias, la gente está demasiado preocupada para demostrar demasiados defectos a otra persona ajena a su ser, que se olvida que la otra persona también tiene cientos de defectos"

Fragmento del "Proyecto de Instrumentalización Humana"

Autor: Omar Méndez Adán


 

Hoy no tenía demasiadas ganas de salir de la cama, después de todo si me estas pegando tus modos de ser, y hoy la cama sabía demasiado rica, sobre todo cuando en ella te estoy abrazando y sintiendo los pocos vellos que hay en tus brazos, acariciando con la otra suavemente tu cintura y recorriendo la silueta de esta. Por muchos años había soñado como seria tu mirada, y aún hay veces hoy que sigo pensando que lo estoy soñando, todo pareciera demasiado perfecto, tal vez después de todo no estoy en una tragedia, ni en una comedia, simplemente es una novela diferente a lo que ha vivido todo el mundo.

Finalmente como a las 10 no podía seguir ahí acostado, me empezaba a sentir sucio por lo que me salí, y me baje para seguir escribiendo, ordenando las ideas y viendo cuales servirían y cuales solamente se quedarían como ideas y no lograrían ser plasmadas.

Mientras estaba ahí abajo le llame a mi amigo para que me dijera como iba todo el paquete para el viaje. Hace unos días le había enviado un email diciéndole que quería realizar un viaje contigo, pero que necesitaba algunos lugares para quedarme, que el dinero no importaba después de todo mi editorial era la que haría todos los pagos, y que sería un viaje por todo México por lo tanto necesitaba guías de varios lugares para visitar, ya que todo habría cambiado desde la última vez que lo visite, cuando era un niño y me iba de un lado a otro cuando cambiaban a mi papa por el ejército.

Todo parecía en orden por lo que no habría ningún problema que después de tu cumpleaños nos fuéramos de viaje, un viaje que duraría bastante, después de todo sabía que tu jamás habías podido quedarte quieta en un lugar por mucho tiempo, siempre fuiste un alma aventurera. Y el viaje haría que tu sueño de conocer todo el mundo se hiciera un paso más cercano a lograrlo.

Después de varias horas de estar arriba por fin decidiste bajar, yo seguía escribiendo y estaba bastante metido en lo que escribía me preguntabas que íbamos a comer, porque si no tenía ningún plan a ti te gustaría hacer fajitas de carne, me gusto que tú supieras cocinar comida mexicana, como si estuvieras demasiado involucrada con mi cultura. Te dije que está bien que me encantaría probar tus fajitas, y que yo haría la salsa.

La buena salsa mexicana y no la cosa gringa que venden en E.U son los chiles ya que eso le da la sazón especial, pero dicen que para que una salsa en verdad pique la persona que la hace debe de estar muy enojada, como si su enojo pudiera ser transmitido a los chiles y al resultado final de la salsa. Pensé que sería preferente que comiéramos las fajitas que estabas haciendo con una salsa verde, por lo que puse tomatillo verde, unos chiles serranos, un poco de sal, ajo y agua y los lique, vieja receta de mi familia. Trate de que no fuera tan picosa porque después de todo no estabas tan acostumbrada.

Que puedo decir de tus fajitas, simplemente que fueron espectaculares me gustaba mucho tu cocina, me recordaba en algo cuando mi mama me cocinaba, tal vez después de todo el ingrediente secreto de una comida si es el amor.

Te tenía una sorpresa para la noche, te llevaría a la Plaza Garibaldi, el lugar más mexicano que se podía conocer, donde los caballitos de tequila se encontraban con las notas del mariachi cantando a todo pulmón, donde la gente se entregaba por completo a la música y a pasarla bien.

Te sorprendió saber que existiera un lugar donde todos los mariachis en México se reunían, donde podías contratarlos para llevar serenata, pensaba que yo ya había hecho una proeza todavía mayor al haber encontrado un mariachi mexicano en Rusia, hacerlo aquí sería lo más normal.

Cuando llegamos te encanto la vista de ver a varios hombres vestidos de charros, con los sombreros y todo el atuendo, cargando sus instrumentos desde una guitarra a una trompeta. Se nos acercaban en bola preguntándonos si queríamos contratar sus servicios, pero no llegaba uno o dos, llegaban como 7 dándonos precios y tocando los instrumentos para animarnos pero nuestro destino era la cantina el Tenampa, un lugar con mucha tradición y de las primeras cantinas que se pusieron en esta plaza.

Llegamos y el lugar esta medio lleno, pero el ambiente era muy bueno, la gente divirtiéndose, algunos tratando de bailar, otros cantando, nos fuimos a sentar a una mesa del rincón, donde nos tomaron la orden, yo te decía que no podías venir a México sin tomarte un par de caballitos de tequila, y para combinarlo otro caballito de sangría y limón y sal.

Nos lo tomábamos a fondo el caballito de tequila tomando el limón y sal después, y al final suavizando cualquier sabor con la sangrita. Luego pedimos unas palomas y unos vampiros, veníamos a celebrar, y a divertirnos.

Después de un par de copas nos poníamos a cantar, aunque tú no te sabias las canciones, repetías los coros, y te emocionabas, como si fueran canciones con las que hubieras crecido escuchando. Escuchamos clásicos como Almohada, Mujeres Divinas, Acá entre nos, Por unas monedas, Cielito lindo. Nos la pasamos muy bien ahí en la cantina. Pero mañana teníamos que visitar otros lugares, te debía de llevar a otros lugares antes del viaje por todo México.

P.D Deseaba con muchas ganas visitar todos estos lugares contigo, tantos recuerdos contigo tan maravillosos, ojala esto nunca acabe

O.M.A


 

Día 10084


 

Parecía que sería un buen día, no hubo demasiado tráfico hasta la clínica, fácilmente nos hicimos unos 20 minutos, parecía un buen augurio para que no temiera nada. Me notabas nervioso y me ibas agarrando la mano y es como un efecto placebo, pero en verdad sentía que el calor de tu mano me hacía sentir menos nervioso. Recuerdo que cuando me opere el tumor me sentía tan solo, sin nadie que me apoyara en aquel momento difícil, y aunque ahora solamente íbamos a una revisión, me hacías sentir más seguro.

Ni siquiera nos habíamos tomado el café y té matutino para llevar el día, por lo que tuve que comprar de la máquina que había ahí cerca de la sala de espera. No había nada de té por lo que te compre un cappuccino con esencia a vainilla para que no lo sintieras tan fuerte. Estuvimos un rato esperando hasta que por fin me llamaron. Me dijeron que ahora me harían una nueva resonancia para asegurarse que el tumor no hubiera vuelto a aparecer, y pruebas de rutina para darme por fin de alta.

Después de unas cuantas horas entre miles de pruebas, por fin traían los resultados. La medicina había avanzado tanto que ahora con unas cuantas gotas de sangre, podían detectar todo el genoma de cada persona, pero era increíble que aun el análisis de una resonancia tuviera que tener un proceso tan extenuante.

Por fin venia el doctor a darme buenas noticias, me decía que mi recuperación parecía casi milagrosa, porque ya no presentaba los síntomas de una persona que apenas había sido operada, las aberturas que hicieron ya eran casi indetectables, y mi cabello tapaba cualquier rastro de cirugía. Al final me dieron de alta, yo quería abrazar a ese hombre porque sabía que ahora mi plan de hacer un viaje por todo México contigo por fin lo podía ver más concreto.

Estaba tan feliz que hasta había olvidado por un segundo la razón de que estuviéramos en ese lugar. Ahí afuera de la clínica te abrazaba y te besaba y tú aunque no parecías estar en desacuerdo te sorprendía mi gran cambio de humor. Te dije que todo era tan perfecto en ese momento que merecía la pena por un cambio de humor y que solamente por eso deberíamos de hacer lo que tu quisieras hoy.

Sabía que me arrepentiría en el momento en el que dije esas palabras, porque podrías ser muy exigente, por lo que todo el camino a casa, yo te iba dando ideas para suavizar lo que tal vez tu pensarías. Igual que como fuimos a la casa llegamos a casa. Iba metiendo la llave en aquella puerta de madera cuando veía en tu cara que ya sabias exactamente lo que querías hacer. Con el temor de pensar que sería algo muy grande no dije nada, pero la emoción que tú tenías no se podía callar. Me resignaba y preguntaba qué era lo que habías pensado, y me sorprendía tu respuesta, querías conocer más mi pasado y por lo tanto los lugares que alguna vez significaron mucho para mí. Y me sentí aliviado porque me parecía una muy excelente idea.

Los primeros lugares que se me ocurrió enseñarte fueron las escuelas en las cuales estudie y de las cuales me llenaron mucho de varios sentimientos. Primero fuimos al kínder Mirtita al cual entre cuando tenía solamente 5 años y que recuerdo mi primer día con un gran llanto porque me separaron de mi mama. Aún era muy parecido; para poder entrar tuvimos que fingir que queríamos inscribir a nuestro hijo, a ti te dio mucha risa, tal vez porque todavía no pensabas en eso, en nuestros hijos. Era exactamente igual como lo recordaba varios salones y aquel patio que antes me parecía enorme con su pequeño escenario, ahora lo veía más pequeño, creo que cuando eres pequeño el mundo parece un lugar inmenso, pero luego creemos que las cosas inmensas son otras. Te decía de mis primeras experiencias, como la primera niña que me gusto, no sabía ni lo que era el amor, pero sentía algo raro cuando veía a esa niña, que sabría yo en ese entonces. Recuerdo que conocí a dos de mis primeros amigos, y que fueron sus casas las que conocí, aparte de la mía. Te decía que aquí había aprendido a bailar como ruso, o por lo menos lo que por aquí se pensaba que bailarían los cosacos por aquí.

Luego fuimos al hospital donde nací, el hospital Satélite, ahí había llegado a este mundo un 24 de julio, pero el hospital había cambiado mucho, tanto que ya era demasiado grande. Hay un pequeño parque frente al hospital al cual mi mama me solía traer a jugar, recuerdo mis primeros momentos ahí jugando con mi mama, y viendo como otros niños también jugaban con sus mamas. Recuerdo mis primeras grandes exploraciones ahí y de un viejo árbol que tenía una de sus ramas torcidas y que había crecido así, recuerdo que al principio me daba miedo, sobre todo porque mi mama me lo infundada, pero una vez conquistada mi primer gran reto, el mundo no me parecía con imposibles.

Nos fuimos caminando hasta llegar a la zona azul, aún recuerdo como lucían algunas de las cosas en ese entonces, tenían rejas de aluminio, doradas la mayoría, aun algunas casas tenían esos recuerdos, pero otras ya usaban otros materiales, todo ya era tan diferente.

De ahí nos pasamos a lo que sería mi escuela por muchos años, el Centro Escolar Patria, aún tenía ese color café claro y obscuro lo cual hacia que se viera muy fea, y el uniforme como detestaba ese uniforme, lo primero que hacia al llegar a mi casa era ponerme mis shorts y una playera. Usamos la misma treta para poder ver las instalaciones del lugar, aquí si ya era diferente, todas las instalaciones ahora tenían pizarrones eléctricos, los salones de computación eran ahora más grandes y no tan exclusivos para unos, aún recuerdo esas bancas de primaria en las cuales no te discriminaban si eras zurdo o diestro, cosa muy diferente que sentí cuando pase a la secundaria, si de por si es una etapa muy difícil en la vida, cuando uno es el único zurdo de toda su clase, y era uno de los 5 zurdos que existía en la escuela lo hacía sentir a uno todavía más "especial". Fuimos hasta la dirección un lugar que visite un par de veces, y ahí estaba la hija de la directora Hortensia, o como todos la conocíamos "la Tencha" uno de los seres más temidos por un pre adolescente de 13 años, y su hija no se quedaba atrás tenía el mismo carácter que la madre, nos llevaron hasta aquí para que nos platicaran más de la escuela, ahora era trilingüe y el francés era el tercer idioma enseñado. Laura la nueva directora se me quedaba viendo sabiendo que ya me conocía, después de todo ella fue una de mis últimas profesoras de inglés, al final supo que yo había estudiado ahí tantos años y aun así se acordaba bien.

Luego fuimos a La Salle la prepa donde me fui conociendo un poco más a mí mismo. Ahí conocí a un par de mis mejores amigos, donde experimente más de cerca el amor, donde conocí a las personas que me llevaron a mis primeras fiestas con alcohol, en ese entonces lo prohibido parecía ser tan necesario para experimentar la vida. Ahí no fueron tan estrictos para dejarnos pasar, y nos veíamos demasiado jóvenes para tener un hijo adolescente. Te enseñaba los lugares donde faltaba a mis primeras clases y donde nos poníamos a jugar domino.

Luego pasamos al billar que esta junto a las torres de Satélite al cual nos íbamos de pinta a jugar billar y a veces boliche, recuerdo que este lugar lo visitaba mucho con mi amigo Luis, aquellos tiempos en los que la única preocupación en la vida, era la escuela y aun así no la tomábamos demasiado en serio.

Luego íbamos otra vez por Plaza Satélite, uno de los lugares que más había cambiado, ahora donde había un Office Depot, antes había un cine de esos de los que solamente tenía una pantalla, pero esas pantallas eran enormes, antes de que los multiplex fueran la moda, se llamaba el cine Apolo, recuerdo que fui a ver cientos de películas a ese cine, y cuando la película era una clasificación más alta que mi corta edad pudiera ver, me quedaba en casa esperando a que volvieran mi mama y papa pero siempre en espera de que me trajeran una bolsa de palomitas, con eso los perdonaba de que no me pudieran llevar.

Luego nos fuimos caminando un poco más, a donde antes solía estar un restaurante de comida china, me acuerdo muy bien de este lugar porque justamente a la entrada había una estatua enorme del Buda que me gustaba frotarle su panza, según los chinos es de buena suerte, pero de lo que más me acuerdo es del diseño del lugar, jamás había conocido el oriente, y en ese entonces no tenía idea en qué lugar se pudiera encontrar China, si solamente el lugar donde vivía me parecía enorme.

Los otros lugares con varios recuerdos de mi niñez ya los habíamos visitado estos días, como Chapultepec, Reforma, el Centro, solamente nos faltaba Coyoacán, pero ese lo visitaríamos en estos días, te decía que había un lugar en el cual también había pasado mucho tiempo, iríamos a Palmas ahí por Polanco.

Recuerdo que los únicos días en los que podíamos pasar tiempo con mi papa eran los domingos, y él siempre nos llevaba a diferentes sitios a conocer, cosa que tú y yo habíamos estado haciendo en estos días, pero cuando la comida china que conocíamos por la casa cerro, mi papa busco otro lugar, porque al parecer a él le encantaba comer cosas orientales. Y por el conocimos lo que era China Girl, un pequeño lugar de comida china, bastante rica y de la cual recuerdo cientos de veces que fuimos a comer por ahí. Lo más curioso ahí es que ya estaban armados ciertos paquetes en los cuales te traían varios platillos como costillas de cerdo, arroz, Wong tong, ki pao, y otras suculencias chinas. Por lo que pedimos 2 órdenes del no. 3 para probar el cerdo agridulce, recuerdo cuando era niño el simple nombre no me apetecía, aunque nunca lo había probado y ahora era de las cosas que más me encantaba junto al arroz chino. Y para acabar nos sirvieron este té chino, junto a las galletas con una almendra en medio, recuerdo que eso era lo que más me encantaba de niño el postre con el té. Y como rito final de esos domingos en la tarde, pasábamos a una tienda de mascotas que estaba cruzando la calle. Como cualquier niño siempre me gustaron los animales, y me quedaba contemplando lo que ellos hacían, ahora podía ver lo mismo con mis sobrinos, y como esa fascinación la volvía a experimentar a través de sus ojos.

Y aun lado pasamos por un café árabe, solamente tomamos una pequeña tasa porque ese café es demasiado fuerte, solamente para probar ya que estábamos ahí. Aún no había cambiado demasiado esa pequeña calle, las casas opulentas se seguían viendo con los guardaespaldas en las entradas.

Regresábamos a casa, y sentía que ahora más que nunca te sentías más conectada a mí y me dabas un beso y un gracias porque te había enseñado más de mi pasado, que te había dejado a entrar en lo que era mi pasado.

P.D. Si de algo sirve todas las cosas que te dije a ti mientras íbamos por todos esos lugares, solamente tú las sabes.

O.M.A

Día 10083


 

Las imágenes se hacen cada vez más claras acerca de mis otras vidas contigo y ahora pude ver una época en la que vivimos.

Era Italia 1510, la ciudad Florencia mi familia era una de las pocas familias nobles en ese entonces. Recuerdo la belleza de esa ciudad recuerdo de mis viajes al mercado central donde la gente se reunía para todo desde pensadores hasta los mercaderes que trataban de vender alguna de las telas lujosas que traían de oriente. Yo siempre iba acompañado de mi institutriz un hombre con el semblante de Homero que me enseñaba de artes y cosas de la vida que tal vez mi padre no podía enseñarme por estar demasiado ocupado. Recuerdo el momento en que te vi. Estabas en el mercado de Florencia haciendo las diligencias para tu madre y fue en un instante en que nuestros ojos se cruzaron al tratar de agarrar una cosa al mismo tiempo. Tú al ver que provenía de una familia rica no me dirigiste ni la palabra, y yo cautivado por tu belleza no pude decir ninguna.

No fue la única ocasión que nos encontramos cada vez con un mayor pretexto yo iba a visitar aquel mercado esperando hacer el trabajo de cupido y poder encontrarte otra vez. No sabía tu nombre y sin embargo mi corazón ya latía a un ritmo increíblemente inusual, pensaba que era alguna clase de brujería, que sabía yo entonces en esa vida.

Por fin un día volviste a aparecer mis piernas me fallaban, la vista se me nublaba, siempre has tenido esta figura angelical, siempre te he visto con esta bondad infinita cosa que siempre me cautiva. El miedo desapareció y decidí que no podía perder la oportunidad de saber quién eras, correría el riesgo, no usaría mi clase social, pensaría que eso solamente te asustaría, como el águila trata de cazar a su presa así yo te iba observando, hasta que encontré el momento perfecto para ir, y aunque en mi cabeza estaba preparando miles de frases ingeniosas las palabras volvieron a fallar, y lo único que pude hacer fue sonreírte, lo cual te sonrojo un poco, al parecer siempre has encontrado mi sonrisa cautivadora. Poco a poco te fui conociendo, pero ese amor que siempre surge por ti, estuvo desde el principio. Las primeras cartas que te escribí fueron en esa época, era una nueva forma de comunicación de pasión hacia la mujer, de sensualidad. Todas las noches me escapaba para verte ahí bajo el campanile de Giotto y ahí como me gustaba decirte ti amo.

Pero había un problema mi padre quería juntarme con una mujer de la nobleza para mantener lo que se consideraba "la sangre real" a salvo, pero yo no amaba a esa mujer, mis pensamientos y deseos eran solamente estar contigo. Al ver que tal vez podría perder la posibilidad de perderte nos fugamos y nos fuimos a vivir a la Toscana y Venecia.

Siempre he tenido esta manía de no poder dormir cuando sale el sol, se me hace tan innatural como a ti poder levantarte a esta hora. Te dejaba dormida y me despedía con un beso en tu frente mientras me bajaba a continuar escribiendo sobre mi futura novela. Tenía el final casi asegurado con mi personaje principal con su muerte y una gran revelación de vida. Quería que mis novelas tuvieran algún significado para la vida de las personas y no que las desperdiciaran. Mi vieja máquina de escribir se le había acabado la tinta, cada vez se me volvía mas difícil poder encontrar la tinta adecuada, todo el mundo se estaba modernizando con las nuevas tecnologías, todo por computadora ahora.

Me puse a tomar mi café y leer las noticias del periódico mientras te dejaba el agua caliente para cuando tú bajaras. Después de unos 15 minutos bajaste y me dabas mi beso de los buenos días, y te ibas a preparar tu taza de té. Había perdido la oportunidad de poder seguir escribiendo pero no importaba, ahora podríamos salir y sabía exactamente a donde.

Nos arreglamos y nos fuimos todo el rumbo hasta el embarcadero principal en Xochimilco, una de las zonas protegidas por las UNESCO como patrimonio de la humanidad, una de las pocas cosas que quedan de la época prehispánica. Te sorprendió aquel lugar porque no existe nada como esto en ninguna otra parte del mundo, ni siquiera en Venecia se puede decir que se compare a los canales con las trajineras mexicanas.

Lo curioso de las trajineras es que todas llevan nombres de mujeres, tratamos de buscar una con tu nombre pero sería ilógico que tu nombre de origen ruso estuviera entre nombres como Lupita, por lo que decidimos solo por hoy te llamaríamos Lupita. Nos subimos para que nos llevaran por todo el recorrido, fácilmente en cada trajinera cabían 20 personas más el "gondolero". Estabas fascinada por aquel lugar aunque solo se pudieran ver las chinampas construidas como zonas de cultivo en la antigüedad y ahora olvidadas, aquel lugar era en verdad increíble. Pasaron otras trajineras algunas vendiendo comida y otras con entretenimiento como mariachis, y ahí todos nos poníamos a cantar con el mariachi tu nada más sonriendo te quedabas viendo aquella bola de mexicanos siguiendo al mariachi.

Llegábamos a la isla de las muñecas, un lugar un poco tétrico porque ahí estaban colgadas varias muñecas, nadie sabe por quién, y todas las muñecas parecían ver a las personas que viajaban en las trajineras, algunas de las leyendas del lugar dice que es el lugar de la llorona, otros creen que es uno de los nativos, pero nadie sabía con seguridad que es lo que pasaba ahí, lo único que estaba seguro es que ese lugar me ponía los pelos de punta, y a ti también; lo bueno es que pasamos rápido.

Por fin terminamos el recorrido de ida y vuelta, ya estaba algo obscuro pero te quería llevar a una taquería típica mexicana. Pasamos por la Colonia Postales, un lugar en el D.F. donde mi familia vivió cuando solamente estaban mis dos hermanos mayores, de los cuales ellos consiguieron muchos recuerdos. Ahí yo conocí la taquería "los Palomos" de los mejores tacos que he conocido. Tú siempre me contabas que habías comido comida mexicana, o que la habías tratado de preparar pero nada nunca se comparara a la verdadera gastronomía mexicana. Y lo podías comprobar por el sabor de esos tacos, la carne no estaba seca ni demasiado grasosa, estaba en su punto exacto para poder disfrutar, y luego con las tortillas taqueras, el limón y las salsas bueno nos comimos unos 20 tacos entre los dos.

Ya era de noche cuando regresamos a la casa, y ya no tenía muchas ganas de hacer nada más, después de todo mañana tenía que levantarme temprano para ir al doctor. Ahora yo era el que se quedaba recostado en tu estómago.

O.M.A

viernes, 20 de noviembre de 2009

Día 10082

La mañana estaba demasiado agradable, desde el momento en que abrí mis ojos y te vi dándome pequeños besos en el pecho, hasta ver que había un brillo agradable en el cuarto, por el sol que pasaba a través de las persianas. No quiero exagerar pero hasta parecía escena de una película romántica en la que los pájaros trinaban y creaban una música agradable, pero así los pájaros que habitan en esos pinos grandes del jardín, hacían que todo fuera perfecto.

Nos quedamos mirando un buen rato abrazados de la cintura, no decíamos nada por un buen rato, es como si ambos no quisiéramos salir de la cama ahora, no había nada que hacer y estábamos demasiado cansados como para querer visitar algo. Entonces finalmente salieron palabras de mi boca “no quiero salir de la cama”, tu me afirmabas que de igual manera tampoco tenias muchas ganas de explorar nada, más que las sabanas y quedarte dormida entre mis brazos, y eso fueron como las mejores palabras para mi, entonces me acerque más a ti, mientras levantaba las sabanas, si que tienes un muy bello cuerpo desnudo. Mientras nos abrazamos ahí sin decir nada, simplemente dejando que el calor de nuestros cuerpos se acoplara a la temperatura del cuarto.

Nos quedamos dormidos por un rato y cuando desperté ya eran las 11 de la mañana y las tripas ya me estaban hablando que necesitaban algo de comer, tu nada mas te empezabas a reír porque pareciera el rugido de un monstro de una mala película de terror de los años 50’s. E inmediatamente tus tripas también rugieron, pero las tuyas más bien rugían como lo hacía un gremlin, y te apenaste ya que ahora era yo el que me reía de eso.

Decidimos levantarnos pero no podíamos encontrar ni chanclas ni pantuflas, y baje el pie y el piso estaba extremadamente frio, movía los pies como si estuviera caminando sobre carbón ardiendo, y te llevaba conmigo para bajar, mientras mis pies lentamente se acostumbraron a la temperatura del piso.

No había mucho que desayunar solamente había pan y bolsas de té, ni siquiera podría disfrutar de un buen café esta mañana. Tostamos el pan y preparamos el agua para el té. Lo bueno es que había un poco de mermelada de frambuesa, y un poco de mantequilla. La tetera empezó a sonar y tu la quitabas de la estufa sacando las dos tazas para el té, mientras yo preparaba el pan tostado como te gusta, con un poco de mantequilla y mucha frambuesa tanto que los dedos se ensucien al momento de comerla. Y ahí estábamos los dos disfrutando de algo tan sencillo, y sin embargo me sabia ese pan tostado con té, mejor que cualquier comida parisina.

Subimos otra vez al cuarto, y ahora era evidente que las persianas no lograrían detener el sol que venía de fuera. Las abrí simplemente para que el cuarto se viera mejor y abrí la ventana. Mi cuerpo y cabeza cayeron primero sobre la cama y la almohada, e inmediatamente el tuyo, recargándote sobre mi hombro. Empecé a jugar con tu cabello, pensaba que tal vez la psicología tenia algo de razón, el jugar con tu cabello significaba que estoy loco por ti, y tal vez así sea.
Volvían nuestras platicas de todo, me encantan estas platicas contigo porque podemos empezar hablando del porque el sol es amarillo, y terminamos discutiendo sobre el verdadero significado de la vida, con intermedios de películas y música, y planeando el futuro.

Me encantaba que ahora me pudieras contar todo, me podías hablar desde tu antiguo trabajo, lo que te gustaba, lo que odiabas y lo que aprendiste, hasta tus sentimientos mas profundos, cosas que por internet jamás me habías contado pero que ahora tenias la confianza en mí, como para poder hablar de esto. Me gustaba porque ya no tenía que suponer nada, y ya no te guardabas cosas, dejándome a medias con respecto a tu vida.
Nos volvimos a dormir y despertamos hasta las 4 de l
a tarde, ya mi cuerpo se sentía sucio de estar tanto tiempo en la cama. Recuerdo que jamás me gusto tanto permanecer tanto en la cama, incluso cuando estaba enfermo de gripa o cualquier cosa, me gustaba salir lo más pronto posible. Incluso si estaba desvelado, prefería volver a hacer la cama y dormir en cualquier otro lado. Ideas de un loco.

Tú estabas en la silla del cuarto haciendo tus dibujos que tenia prohibido ver, hasta que los terminaras todos. Desperté viendo hacia afuera la calle un poco desorientado, no sabiendo ya ni en que día vivía. Cerrabas tu cuaderno de dibujos y me veías con una sonrisa mientras te ibas acercando mas a mi hasta que llegaste a la cama, y te sentaste encima de mí, abrazándome por la nuca. No quería desperdiciar todo el día durmiendo en la cama, de todos modos creía que no podríamos dormir hasta el día siguiente. Se me ocurrió una idea, iríamos a bailar esta noche tu y yo.

La idea te fascino e inmediatamente me decías “ah, hoy me probare mi vestido verde, no mejor el negro, o que combinación crees que se me vería mejor?” sabia que estaríamos por lo menos dos horas eligiendo que vestido usarías, pero no me importaba me ibas a modelar la ropa, lo que es bastante sexy.

Finalmente después de 10 vestidos, diferentes combinaciones de zapatos, accesorios, etc. elegimos lo mejor para ti, algo que te hiciera ver guapa como siempre, con clase, y por supuesto alegre. Yo en cambio era mas fácil un par de zapatos negros, mi pantalón de mezclilla deslavado, y una camisa cualquiera, pero claro como eso no era suficiente para ti, también debías de elegir lo mejor para mi, siempre tuviste un buen gusto por la ropa y me elegiste una camisa que hace años no usaba. Y finalmente nos metimos a bañar, si ya sabes es para ahorrar agua, con eso de la escasez y que somos ecológicos.

Ah finalmente limpios, frescos y con energías para bailar toda la noche, salimos de la casa. Hacia hambre después de todo solamente comimos unas tostadas, entonces fuimos a un lugar que tuvo un éxito muy bueno, un lugar donde solamente vendían alitas de pollo, era algo ligero de comer, y que no estorbaría a la hora de bailar.

El ambiente era bastante agradable, y los clientes iban desde los amigos de la prepa que salieron para divertirse, hasta los hombres solitarios que no tenían nada para comer y fue lo primero que se les ocurrió comer. Casualmente ahí estaba la que había sido mi primera novia, curiosamente su nombre empieza con K, Karen, y fue cuando me empecé a preguntar si en mi vida esa letra significaría mas de lo que podía entender.

Nos vio y se acerco a saludar, dándome un abrazo después de todo fuimos muy buenos amigos en la prepa hasta que todo termino entre nosotros. E incluso durante un tiempo pudimos mantener una amistad, pero luego nuestros caminos tomaron direcciones opuestas. Siempre me gustaron las mujeres bellas físicamente, y ella no era la excepción tez blanca, cabello castaño obscuro, ojos verde esmeralda. Pero jamás fue demasiado inteligente, y eso fue un debacle entre nosotros. Después de todo la belleza acaba algún día, una mente brillante dura para siempre.

Te la presente, diciendo con toda seguridad que eras mi novia, aunque creo que jamás hablamos de eso, pero te sentía como una novia, incluso como algo mas serio que eso. Ella también venia con alguien, que inmediatamente como cavernícola quiso hacerme saber en especial a mi que ellos venían juntos. Esta bien no me importaba se despidieron y volvimos a lo nuestro. Inevitablemente vino una conversación que no me gustaba, me preguntabas cuantas novias había tenido. Podía notar cierta molestia en tus ojos después de ese encuentro, era de esos momentos en que sabia que una mujer no quería escuchar la verdad, pero trate de tranquilizarte haciéndote ver que tu eres la única mujer que en verdad me importa tanto. Y fue cuando empezamos a hablar de relaciones pasadas, tu de todas las tuyas, yo de todas las mías, me decías que tu habías dado siempre algo de ti, en cualquier relación, tal vez era amor, tal vez era menos, pero siempre diste y aprendiste, yo también pensaba lo mismo, pero no creía haber dado amor verdadero hasta contigo, después de todo el verdadero amor no es efímero, no se puede acabar. Parecías un poco mas tranquila.

Dieron las 9 de la noche y nos fuimos caminando, hacia el antro. Eso era lo bueno de Satélite y su zona comercial, todo quedaba cerca por lo cual no había que recorrer grandes distancias. Llegamos y la música estaba a todo lo que las bocinas daban, el ambiente era agradable, gente bailando contenta, olvidándose de la rutina diaria del trabajo aunque fuera por unos solos momentos.

Fuimos directamente a la barra del bar, y ahora pedias algo diferente para tomar, mientras yo ahora solamente tomaba una cerveza.

Rápidamente la música nos contagio y fuimos bailar, agarrando el ritmo. Siempre fui de caderas sin ritmo por lo que tu me agarrabas de ellas y me tratabas de soltar, yo tratando de agarrar tu ritmo, bailando pegados sintiendo el movimiento de tu cuerpo con el mío y como iban agarrando el mismo compas.

Estuvimos bailando por mas de 40 minutos hasta que cambiaron la música y decidimos ir a descansar un rato. Agarramos un sofá que estaba solo contento, sudorosos y todavía con mas energía para gastar en la noche.

Yo fui al baño, a limpiarme y arreglarme para el resto de la noche, mientras le pedía al bar tender dos camaleones para refrescar la garganta. Cuando regrese a donde estabas un tipo cualquiera te estaba hablando, me senté del otro lado del sofá dando la espalda tratando de escuchar todo. Típico tipo que solamente buscaba una noche de acción y creía que tu podrías ser tu víctima, pero no lo podía culpar una mujer hermosa como tu recibe fácilmente unas 10 invitaciones en una noche cualquiera, sentía lastima por el tipo porque tu simplemente lo evadías y le decías que no estabas interesada. Ahí llegaba yo con las bebidas, sentándome a tu lado, no siendo un cavernícola que protege lo que es de el, después de todo tú no eres mía, el tipo entendió y se marcho sin decir nada, simplemente nos reíamos de él. Pensaba que cualquier persona que solo se fijara en tu físico no sería un rival, después de todo a mi no solo me interesa tu físico o es lo que mas me llama la atención, porque yo se que cuando el físico se vuelva viejo yo te seguiré amando, por quien eres, cuando los demás se vayan porque “ya no eres bella físicamente” para mi seguirás siendo la mujer mas bella.

Y me proponías un reto, una de tus pruebas. Me decías que te ibas a levantar e ibas a cruzar todo el lugar hasta la barra de bebidas, que era mi misión tratar de ligarte de la mejor manera, y me susurrabas al oído que mi recompensa seria una sorpresa…

Te levantaste mientras yo veía tu caminar y como te alejabas, me quedaba sonriendo solo en el sofá, tratando de pensar como te podría ligar así, en un lugar como esos. No se me ocurría una forma de llegar, parecería un novato diciendo, hola te puedo invitar algo, o simplemente llegar y preguntar ¿bailas?, y ahí llegaba mi oportunidad perfecta otro tipo se te acerco, pero tu lo rechazaste demasiado rápido.

Yo llegaba y me sentaba a tu lado, y te decía ¿Cómo le fue? Te me quedabas viendo dándome una sonrisa, “pues muy mal”, yo respondía “ya se te llego diciendo, hola te vi desde el otro lado del antro, y simplemente no pude dejar de ver tu belleza”, soltabas una carcajada, sabiendo que era exactamente lo que dijo, “después seguramente dijo algo, te invito una bebida” me decías que era muy bueno, que seguramente yo me las sabia todas las formas para ligar con una mujer. Te seguía el juego, diciendo que si pero que esa no era la forma correcta, y me preguntabas cual era la forma correcta, era demasiado simple te decía, simplemente le decías que lo que traía puesto era demasiado lindo, seguramente se tardo mucho tiempo eligiendo todo eso, como para que un tipo cualquiera se lo quisiera quitar en menos de 10 segundos. Se veía como alguien que quisiera bailar, porque toda la mañana la paso dormida y era hora de mover el bote, y que seguramente ningún hombre tendría la oportunidad con ella, porque en sus ojos se veía que su corazón ya le pertenecía a alguien. Y antes de que pudiera decir algo mas, me besabas bajo las luces de neón, con el humo de máquina, con las voces y el sonido de todo, mientras me agarrabas con tus manos de las mejillas yo te agarraba de la cintura para no perder el equilibrio. Y fue un momento tan perfecto que terminando el beso los dos nos dijimos te amo al mismo tiempo, y fue la primera vez que dije te amo sin ningún temor oculto.

Fuimos a bailar unas cuantas horas mas, hasta que los pies ya no podían hacer nada mas, y regresamos a casa donde me diste mi sorpresa…

P.D. me pregunto finalmente en que momento considere el adecuado para darte estas cartas, y si recordaras todo lo que hemos vivido juntos…

O.M.A